En tiempos de pandemia, regularmente, la ciudadanía no contempla la adquisición de un vehículo, pues tiene otras prioridades. La falta de ingresos afecta a empresas y familias por igual. Pero esto también puede significar una oportunidad para quienes deseen comprar un auto, debido a que las concesionarias ofrecen facilidades en su afán por reactivar el sector.

Yezid Jaramillo, gerente comercial de Nissan, manifiesta que la marca se ha enfocado en beneficios para el financiamiento. Actualmente disponen de la opción de crédito directo que ofrece tasas de interés desde el 9,9 % a 60 meses plazo, también cuentan con ofertas de las financieras locales que requieren una entrada mínima del 25 %, dan tres meses de gracia y hasta 60 meses plazo para el pago del vehículo.

Byron Troncoso, gerente de comunicación de Neohyundai, comenta que han desarrollado un plan de beneficios que consiste en devolver el valor del carro a la persona que pierda su empleo, así sus clientes pueden invertir sin preocupación. Además, poseen planes de financiamiento con el 10 % de entrada hasta 72 meses plazo y pagos desde enero del 2021.

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Ofertas similares ofrece Corporación Maresa, que en su portafolio destaca marcas como Ford, Mazda, Chery y Dongfeng. Christian Cazar, subgerente de Chery/Dongfeng, explica que las personas en la actualidad compran camionetas por sus características: resistencia, fuerza, capacidad de carga, desempeño, consumo de combustible y versatilidad.

Por su parte, Chevrolet apuesta por una modalidad de Crédito Familiar. Alejandro Jaramillo, gerente comercial de la marca, detalla que se trata de un programa con validación de ingresos familiares para la adquisición de un nuevo vehículo. Con este programa pueden acceder a un crédito conjunto los parientes dentro del primer y segundo grado de consanguinidad o primero de afinidad, pero siempre que vivan en la misma casa, como hermanos, padres-hijos, deudor-suegros, etc. Además cuentan con planes de entrada del 10 % hasta 72 meses plazo.

¿Se debe comprar?

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Los especialistas mencionan que se trata de una oportunidad interesante fruto de la crisis del COVID-19. Esta crisis permite acceder a descuentos que no se tendrían en un pedido nuevo a fábrica e incluso encontrando condiciones más ventajosas en financiación o planes de garantía y mantenimiento.

La industria automotriz tiene varios modelos que se pueden utilizar para uso personal, para la familia o para trabajar, reduciendo así costos y generando ingresos adicionales.

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Cazar dice que “debido a la emergencia sanitaria, la principal preocupación de las personas gira en torno al cuidado de su salud, de sus familias y de cómo mejorar su economía”. Añade que Ecuador es un país de emprendedores y el auto es uno de los recursos principales para el emprendimiento. “Un vehículo te ayuda a repotenciar los negocios relacionados con las industrias de primera necesidad, tener independencia financiera y llegar a más lugares con el producto”.

Según cifras de la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (Aeade), de marzo a octubre de este año se han vendido 46.703 vehículos; mientras que en el mismo lapso de meses, el año anterior se vendieron 111.658 unidades. (I)