Steven Brandenburg es un farmacéutico de Wisconsin convencido de que el mundo estaba “derrumbándose”, y por ello, trató de arruinar cientos de dosis de la vacuna contra el coronavirus, creyendo que las inyecciones provocarían mutaciones en el ADN de la gente, de acuerdo con documentos entregados a una corte, según una publicación de Infobae.