Desde la perspectiva evolutiva, la pertenencia a un grupo y la cooperación fueron (son) esenciales en la supervivencia de la especie humana. Así, usted crea alianzas basadas en relaciones genéticas, lazos familiares o –simplemente– motivos arbitrarios.

Hincha de Barcelona, evangelizador de la marca Apple, fiel a Coca Cola.

Si lo piensa bien, ser hincha de un equipo sólo le da el beneficio de ser hincha de ese equipo; y sin embargo, usted estaría dispuesto a matar y morir por su equipo.

Publicidad

O por su candidato en una elección.

Ellos o nosotros.

La violencia –incluso el odio– hacia otro grupo de personas (que no coincida con usted o su grupo) podría ser una extensión perversa de su tendencia natural de dividir el mundo entre “ellos” y “nosotros”.

Publicidad

¿Cómo funciona esto en su cerebro?

Un estudio en Inglaterra descubrió que usted tiene un “circuito de odio” en su cerebro. Cuando ve una foto de alguien que le disgusta, se activan cuatro regiones de su cerebro –que incluyen regiones de planeación y toma de decisiones, de procesamiento del disgusto, y de activación de comportamientos agresivos–. ¿Será que su mente está diseñada para responder con violencia?

Publicidad

Agrupar entre “ellos” y “nosotros” es instantáneo. Dividimos el mundo entre “malos” y “buenos”, me comentó alguna vez Durán-Barba.

Y los malos son ellos.

Porque cuando ellos representan (en su mente) estereotipos negativos, usted sentirá miedo, disgusto o deshumanización. ¿Un ejemplo? Cuando usted ve una persona de una raza distinta (a la suya), se activará su amígdala y sentirá miedo; y se desactivará el córtex medio prefrontal que reducirá su empatía... deshumanizando a la otra persona.

Ellos no. Nosotros, sí.

Publicidad

Como dijo Rebecca Saxe –neurocientífica del MIT–, “si pensamos que la supervivencia, autonomía y dignidad de nuestros ideales es un recurso escaso... entonces podría ser mi obligación destruir a los otros”. Es decir, el odio y la violencia no serían resultados de una tendencia sociópata, sino el resultado de la percepción de una amenaza existencial a su propia pertenencia (a su grupo).

Y sin embargo, la cooperación fue clave para la supervivencia del homo sapiens. Y, según Yuval Harari, lo sigue siendo. “El verdadero antídoto contra la epidemia (se refiere al COVID-19) no es la segregación, sino la cooperación", escribió en un ensayo publicado en la revista Time.

¿Ellos? ¿Nosotros? ¿O todos nosotros? (O)