Era 16 de marzo del 2020, un lunes por la noche. Una cadena nacional anunció al Ecuador el inicio del confinamiento por el COVID-19, que hasta ese instante había cobrado la vida de 7.000 personas en el mundo y dos en Ecuador. Nadie se imaginaba lo que los siguientes meses traerían para el país.

En lo económico, la pandemia golpeó fuerte y 2.069 empresas no soportaron el embate y cerraron ese año, la mayoría entre marzo y mayo por efecto del confinamiento, según cifras de la Superintendencia de Compañías. Tres años se cumplen este viernes 17 marzo desde aquel anuncio que cambió el panorama para muchas empresas. Sin embargo, algunas que recién empezaron a dar sus primeros pasos antes de la pandemia lograron sobrevivir y 1.095 días después gozan de “buena salud”.

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Una de estas empresas es Miniso, la cadena de origen japonés que para el inicio del confinamiento en Ecuador tenía casi ocho meses de haber aterrizado en el país y tres tiendas en funcionamiento. El último de estos tres establecimientos empezó a funcionar el 15 de febrero del 2020 en el centro comercial Mall del Sol, en Guayaquil, a menos de un mes del inicio del confinamiento.

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Pablo José Acosta, presidente del directorio de Miniso Ecuador, recuerda que el primer establecimiento abrió el 27 de julio de 2019 en Quito, luego de 18 meses de una ardua negociación por traer la franquicia al país y realizar varios estudios de mercado.

Acosta cataloga la situación de la empresa en ese entonces como un “panorama negro”.

“En poco más de siete meses todo el plan inicial se vio alterado. En octubre de 2019 sufrimos pérdidas terribles por el paro indígena en Quito y pocos meses después (marzo del 2020) llegó el cierre por la pandemia del coronavirus”, recuerda Acosta, quien asegura que con la tienda cerrada, con su socio y primo Simón Acosta utilizaron el WhatsApp para vender combos de sus productos.

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Otra estrategia fue el desarrollo e implementación de su canal e-commerce, un proyecto que debió adelantarse cuatro años, pues estaba programado para iniciar el 2024.

“Con todas estas estrategias para amortizar el impacto de la pandemia, se estableció un plan mucho más conservador y decidimos que la expansión a nivel de número de locales debía ir más lento de lo planificado cuando trajimos la marca franquicia al Ecuador”, revela Acosta.

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Una vez que se levantaron las principales restricciones, desde octubre del 2020, continuaron abriendo tiendas principalmente en Guayaquil y Ambato, con un promedio de una cada cuatro meses.

El 16 de febrero pasado, Miniso Ecuador abrió dos nuevas tiendas en el aeropuerto Mariscal Sucre de Quito. Foto: Tomado de @AeropuertoUIO

Luego de tres años desde su apertura y con una pandemia de por medio, Miniso ya cuenta con once locales en Quito, Guayaquil y Ambato. En mayo próximo abrirá dos tiendas más en Guayaquil y proyecta cuatro nuevos locales en el segundo semestre en otras zonas.

“El plan de expansión no se detiene y desde este año estamos buscando vender subfranquicias para que emprendedores de todo el país también puedan abrir una tienda Miniso en su ciudad. Así, esperamos cerrar el 2023 con un mínimo de 17 tiendas”, asegura el empresario.

Clare Bonnard, CEO y fundadora de la promotora inmobiliaria A’Lure International, también debió ser recursiva para salvar su proyecto Torres de la Costa, ubicado en el km 11,5 de la vía a la costa, que consta de cuatro torres de departamentos que suman 108 unidades de dos y tres habitaciones, y cuya construcción empezó en julio del 2019, pero que tras siete meses se paralizó por la pandemia.

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Este proyecto es “el hijo pródigo con el que nos tocó enfrentar la pandemia”, comenta la empresaria.

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Recuerda que la constructora estuvo paralizada cerca de tres meses, pero la promotora inmobiliaria no necesitaba estar físicamente para continuar con su gestión de promoción y comercialización, por lo que decidieron no detenerse.

“Nuestra economía era incierta, el flujo y la utilidad de nuestro proyecto estaban en riesgo y lo más importante, nuestro mercado con la pandemia estaba cambiando. Pero aún así creo que supimos reaccionar y hacerlo rápido”, reflexiona la empresaria que elaboró estrategias para proteger las ventas cerradas y promover las nuevas.

A nivel administrativo continuaron el trabajo desde casa para continuar siendo productivos.

Mientras, a nivel financiero refinanciaron pagos de proveedores y acordaron nuevas condiciones de pago con sus colaboradores.

“Durante los meses más difíciles, que fueron abril y mayo, recibieron el 100 % de su variable pero solamente el 50 % de sus sueldos fijos y nuestros gerentes trabajaron solo con su variable, sin sueldo fijo”, revela Bonnard, quien asegura que así lograron cuidar el flujo de la empresa para poder cubrir las necesidades básicas, cuidar los empleos, y contar con los fondos necesarios para poner en marcha la estrategia comercial que se basó en una alianza con Satori, una consultora de comunicación digital que había sido constituida por Josué Bonnard en febrero del 2020, tan solo mes y medio antes de la pandemia.

A’Lure International y Satori pertenecen al mismo grupo familiar, Grupo Bonnard, pero son independientes, asegura la CEO y fundadora de la inmobiliaria, quien recuerda que desarrollaron una campaña de empatía para el público general.

“Nos unimos a la campana de quédate en casa y de distanciamiento social. Y a la par, lanzamos pautas digitales de leads para captar prospectos y mantenerlos informados ya sea vía WhatsApp, teléfono o por videoconferencias”, explica Bonnard, quien resalta que como resultado más del 60 % de sus clientes siguieron abonando, después de ofrecerles soluciones para pagar sin salir de casa, mediante transferencias o retirar los pagos a sus domicilios con salvoconductos y con todos los protocolos de bioseguridad.

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La campaña duró aproximadamente tres meses, desde finales de marzo hasta finales de junio, y generó cerca de 700 leads y casi $ 2 millones en ventas.

“¡Lo logramos! Cumplimos la meta semestral del 2020 a pesar de estar cruzando una pandemia mundial”, resalta Bonnard, quien revela que a la fecha, A’Lure International está culminando su fase de comercialización en Torres de la Costa y se está alistando para su próximo proyecto. En tanto que Satori también continúa activa con nuevos clientes después de la pandemia.

Sin embargo, también hubo negocios que no volvieron a abrir, pero los icónicos espacios que dejaron vacíos albergan ahora nuevos proyectos, como el caso del restaurante Gran Chef, que cerró tras el confinamiento por la pandemia.

En el terreno donde funcionó desde el 2005 hasta el 2020 el restaurante Gran Chef, que cerró por la pandemia, actualmente se trabaja para levantar un nuevo negocios, otro Supercines. Foto: Peter Tavra Franco

En el terreno donde funcionó por quince años, desde el 2005 hasta el 2020, y que en los últimos tres años no tuvo ninguna actividad comercial, ahora se prepara para un nuevo negocio, un local de Supercines, la cadena de entretenimiento operada por Corporación El Rosado que actualmente cuenta con 22 complejos y 174 salas a nivel nacional.