El Banco Mundial (BM) estima que la economía ecuatoriana se recuperará en 2025 y crecerá 1,9 %, de acuerdo con el Reporte económico de América Latina y el Caribe, publicado este miércoles 23 de abril. La proyección preliminar representa un leve ajuste a la baja en comparación con la previsión de crecimiento del 2 %, que el multilateral había anunciado en enero pasado.
El reciente pronóstico del BM se aproxima a la estimación del Fondo Monetario Internacional (FMI), que el 22 de abril anunció que el producto interno bruto (PIB) del Ecuador en 2025 crecería 1,7 %.
Los cálculos de los dos multilaterales se alejan de la previsión del Banco Central del Ecuador (BCE), que prevé un crecimiento del 2,8 % este año, luego de una contracción del 2 % en 2024. De cara al 2026, el Banco Mundial vaticina que el PIB ecuatoriano subirá al 2 %, según el reporte.
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A escala regional, el organismo advirtió en un comunicado que “América Latina y el Caribe debe repensar sus estrategias económicas ante la incertidumbre global”.
En ese sentido, pronostica un crecimiento del 2,1 % en 2025 y del 2,4 % para 2026. Estos resultados ubican a América Latina y el Caribe (ALC) como “la región de menor crecimiento a nivel global”.
Los obstáculos que frenan el desarrollo económico de ALC se encuentran en los bajos niveles de inversión, elevado endeudamiento y un entorno externo cambiante, resume el comunicado.
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Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, observó que la incertidumbre global ha determinado un cambio drástico en el ámbito económico mundial.
“Los países deben recalibrar sus estrategias e impulsar reformas audaces y prácticas que impulsen la productividad y la competitividad, a la vez que abordan las brechas persistentes en infraestructura, educación, comercio y gobernanza para garantizar la creación de empleo y mejores oportunidades para las empresas y los ciudadanos”, señaló Jaramillo.
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Preocupan el empeoramiento de los déficits fiscales y el aumento de la deuda sobre el PIB, que en la región alcanzaría el 63,3 % en 2024 frente al 59,4 % en 2019. Esto a pesar de los avances en control de la inflación, anota el comunicado del BM.
El contexto mundial añade presión a los países de América Latina y el Caribe, debido a la inflación que afecta a las economías avanzadas, lo que “podría retrasar los recortes de las tasas de interés y limitar las opciones en materia de política monetaria”.
Además, los efectos de la guerra arancelaria generan incertidumbre y obligan a un manejo más cauteloso ante la relocalización de empresas (nearshoring, en inglés) y el acceso a los mercados.
De igual manera, se esperan impactos por la desaceleración del crecimiento en China y los recortes en la ayuda exterior para el desarrollo.
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William Maloney, economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, destacó que para acelerar el crecimiento de la región es fundamental el acceso a la tecnología y el aprovechamiento de las economías de escala, ya que influyen en el desempeño del comercio y la atracción de inversión extranjera directa.
“Diversificar los destinos comerciales, expandir las exportaciones de servicios y explorar nichos potenciales de nearshoring ofrecen buenas oportunidades, pero requerirán aumentar tanto la productividad como la agilidad. Esto, a su vez, requiere avanzar en reformas largamente esperadas en el ámbito internacional, en el entorno empresarial, el capital humano y la innovación”, reflexionó Maloney. (I)