En diez meses Ecuador y China acordaron y cerraron todos los detalles técnicos del acuerdo comercial que ambas naciones firmaron el 10 de mayo pasado, un tiempo récord según resaltó Julio José Prado, ministro de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca.

Es el segundo acuerdo emblemático que Ecuador suscribe en esta última década junto con el de la Unión Europea (UE), con la diferencia de que este último estuvo cinco años paralizado y luego tomó alrededor de tres años más de negociaciones para que pueda entrar en vigencia en el 2017.

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Estos dos procesos tienen otro aspecto que los diferencia: el cuarto adjunto. Una modalidad que se creó en el 2021, pero se oficializó en julio del 2022 con el Acuerdo Ministerial MPCEIP-2022-0009-A, y que genera un diálogo directo entre el ministerio y los actores del sector productivo, a través del Comité Empresarial Ecuatoriano (CEE), en el cual se presentan todos los avances de las negociaciones.

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Este mecanismo fue puesto en práctica en las negociaciones que Ecuador mantuvo con Corea del Sur, México, China y Costa Rica, estos dos últimos culminaron con la firma de sus respectivos acuerdos que aún no entran en vigencia, Corea del Sur con el cierre técnico de las negociaciones y a la espera de la suscripción del tratado, aunque con México las negociaciones quedaron en stand by.

Tras la firma del acuerdo con China, el ministro Prado agradeció al CEE y a la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor) por la creación de la modalidad y aseguró que fue clave para lograr una negociación interna y externa equilibrada e informada.

Felipe Ribadeneira, presidente ejecutivo de Fedexpor y quien era titular del Comité Empresarial cuando se institucionalizó el cuarto adjunto, confirma que a través de esta modalidad el sector privado participa directamente en las negociaciones comerciales con asesoramientos y el fortalecimiento de la información que requiere el equipo negociador del Gobierno para las rondas técnicas.

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Ribadeneira aclara que el sector empresarial corre con los gastos que conlleva el funcionamiento del cuarto adjunto. Sin embargo, destaca que lo más relevante es el espacio transversal en donde se discuten los principales avances de la agenda comercial y particularmente de ciertas negociaciones.

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“En anteriores negociaciones el país no había podido institucionalizar esta figura de participación privada con el sector público para las negociaciones comerciales, de hecho, una de las ventajas que se perciben de este proceso es que la información es completamente transparente para los sectores productivos”, analiza el titular de Fedexpor.

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Francisco Rivadeneira, quien fue ministro de Comercio Exterior de Ecuador durante las negociaciones del acuerdo con la UE, reconoce que durante ese proceso no existía la modalidad, pero asegura que sí hubo un diálogo permanente entre el sector productivo, el sector privado y la sociedad civil durante todo el proceso.

“La Corpei tuvo un rol fundamental en ese proceso, financió y organizó muchos de los procesos de participación de las diferentes industrias o sectores, por ejemplo, llevándolos a Bruselas para que se encuentren con sus contrapartes, con sus compradores, haciendo una gestión de convencimiento allá”, recuerda Ribadeneira, quien ahora es representante de la Corporación de Promoción de Exportaciones e Inversiones (Corpei) en Quito y la región Sierra.

Sobre la participación del cuarto adjunto en las negociaciones con China, el exministro y ahora representante de la Corpei en Quito y la región Sierra asegura que fue absolutamente activo y estuvo totalmente sincronizado con los representantes del Gobierno que estuvieron en la negociación.

Aunque aclara que el cuarto adjunto no necesariamente debe estar ubicado al lado en un cuarto aparte o sentados junto a los negociadores durante el proceso. “El cuarto adjunto implica una participación permanente en el proceso de la negociación para apoyar la toma de decisiones estratégicas del equipo negociador en aquellos momentos que sea necesario”. Y señala además que el proceso de creación de la modalidad se inició cuando Ecuador comenzó a negociar el tratado de libre comercio con los Estados Unidos que se inició en el 2004, pero que no llegó a capitalizarse.

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Gabriela Uquillas, directora ejecutiva del CEE, destaca que la modalidad del cuarto adjunto no solo la utiliza el Ecuador, sino otros países en sus procesos de negociaciones de acuerdos comerciales, y confirma que la idea fue replicar lo que se había hecho años atrás cuando se trabajó en el TLC con Estados Unidos, proceso que no vio la luz, lamenta la dirigente, pero en el que hubo mucha dinámica de cooperación conjunta entre públicos y privados.

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Asegura que el enriquecimiento que recibe el sector público por parte de los aportes del sector privado es altamente trascendental, al señalar que los actores privados conocen la dinámica comercial individual, los factores de riesgo, las sensibilidades y las necesidades puntuales de cada sector.

En el caso específico de China Uquillas señala: “Podemos decir que del 1 al 10 si tuviésemos que evaluarlo, el cuarto adjunto tuvo una participación de 6. Si bien pudo colaborar mucho con la información que requería el Estado todavía hay mucho que trabajar para seguir perfeccionando la actividad, la dinámica donde el intercambio de información es en doble vía”.

Uquillas advierte que en esta ocasión se vio mucho más un esquema en el que los privados brindaban información al sector público, pero no hubo el mismo nivel de reciprocidad.

Poca participación en el proceso con México

En el caso de México, la directora ejecutiva del Comité Empresarial revela que el cuarto adjunto solo participó en las dos últimas rondas de negociaciones y lamenta que en ese proceso el sector privado no tuvo una participación dinámica y activa como en los otros procesos con China, Costa Rica y Corea del Sur.

“Estamos seguros de que si se hubiese profundizado un poco más la participación seguramente se hubiesen alcanzado mejores resultados, o tal vez se hubiese identificado con mayor rapidez que había puntos sensibles que simplemente los países no iban a poder coordinar”, expresa Uquillas, quien resalta que en la penúltima ronda México llegó con todo su cuarto adjunto con una participación muy integrada entre sector público y privado.

“No podemos cerrar un acuerdo comercial con México si banano, camarón y atún no están incluidos con algún tipo de acceso al mercado”

Sobre el futuro del cuarto adjunto para nuevas negociaciones, Uquillas cree que ambas partes, el sector público y el privado, deben estar muy capacitadas sobre los alcances de un acuerdo y a la visión país que se intenta alcanzar, además indica que debe haber una estricta confianza, pero también confidencialidad de la información que manejan ambas partes.

“El éxito de esto es la transparencia, pero también la certeza del sector público de que aquello que se le provee al sector privado sea con fines netamente técnicos y de aportes, no con fines particulares”, aconseja Uquillas. (I)