La disposición del decreto 571 del Gobierno firmado el 3 de octubre pasado, de que tanto el sector empleador como el de trabajadores elija cada uno a un vocal que les represente ante el Consejo Directivo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), ha evidenciado la gran división que existe en el sector sindical del país. Lejos de ponerse de acuerdo, la elección sacó a la luz la fractura entre las organizaciones sindicales que han existido históricamente y otras que han aparecido de la mano de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), creada durante el correísmo, pero que además presentan registros legales emitidos por el Ministerio del Trabajo, fechados el 19 de octubre.