En unas dos semanas la planta de General Motors de Ecuador, GM OBB, que funciona en Quito, dejará de operar y eso tendrá repercusiones en el sector automotor, tal vez no visibles para los clientes a corto plazo, pero sí para el encadenamiento de la industria local, específicamente para las empresas autopartistas que proveen de partes, piezas y accesorios a los vehículos que se ensamblan en Ecuador, analiza David Molina, director ejecutivo de la Cámara de la Industria Automotriz Ecuatoriana (Cinae).