La máquina de coser ya la tiene en su casa que está rodeada de escuelas, en el sur de Guayaquil. María Cayambe, de 37 años, era una de las más emocionadas en la graduación de Mujeres Confeccionistas y es que con su certificado en mano decía que de ahí va “para adelante” porque tiene claro su siguiente paso: emprender en la confección y venta de uniformes escolares. Antes los compraba para vender y hasta los fiaba a las madres de su comunidad que no cuentan con recursos y ahora ella misma los fabricará.