Existe preocupación en el Foro Mundial para la Naturaleza (WWF por su siglas en inglés) por la condición actual de los recursos atuneros del Océano Pacífico Oriental, después que recientemente, los científicos de la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT), informaron que no fue posible completar la evaluación de stock del atún aleta amarilla por la persistencia de incertidumbres en la estructura de su población y, por lo tanto, recomiendan monitorear de cerca su estado y realizar investigaciones adicionales.

“La ciencia nos está diciendo que es necesario actuar con precaución, y es por esto que las naciones pesqueras deben cooperar para acordar un sistema de manejo que responda a la necesidad de conservación de las poblaciones de atún, asunto del cual dependen decenas de miles de empleos en la región”, mencionó Pablo Guerrero, director de Conservación Marina para WWF-Ecuador.

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Ecuador exporta un promedio de 250.000 toneladas de atún anuales, con ventas al exterior que representan aproximadamente $ 1.300 millones y generan 30.000 puestos de empleo directos, según cifras del sector.

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Sin embargo, según la WWF, los países miembros de la CIAT necesitan de un mayor compromiso para alcanzar una gestión responsable de la pesca. Por esta razón el organismo preparó una declaración para los países miembros de la Comisión y los países no miembros cooperantes, que se reunirán en Ciudad de Panamá del 2 al 6 de septiembre para celebrar su 102ª sesión ordinaria.

En esta declaración, que la WWF hizo pública el martes 28 de agosto a través de un comunicado, solicita a los países miembros que consideren seriamente mantener la veda actual de 72 días para atunes tropicales durante tres años más; extender el cierre del “corralito” (una zona al oeste de las Galápagos) y mantener el límite de captura por embarcación individual de atún patudo, con disposiciones específicas de control y monitoreo. “Todas estas son medidas claves para aliviar la presión sobre las poblaciones de atún”, aseguró Guerrero.

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La declaración también resalta la necesidad de alcanzar un 100 % de cobertura de observadores (humanos o electrónicos) en todos los cerqueros y palangreros atuneros industriales. WWF reconoce que los observadores son fundamentales para la investigación científica, proporcionando datos cruciales para generar conocimiento y entender mejor los impactos de la operación pesquera.

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Además, WWF solicita el fortalecimiento de las medidas de manejo de los dispositivos agregadores de peces, mediante la adopción de un esquema de marcado, junto con reglas más estrictas para la activación y desactivación de sus boyas. El organismo también expresa su preocupación por la situación global y regional de los tiburones, y solicita que la CIAT elabore reportes de dictámenes de extracción no perjudicial (DENP) para las áreas dentro de su jurisdicción para tiburones y rayas oceánicas enlistadas en el Apéndice II de CITES.

Guerrero aseguró que estas decisiones no solo protegen la biodiversidad marina, sino que también establecen un precedente global. Recordó que la CIAT ya ha tomado medidas similares antes.

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Ecuador está al frente de la Comisión Internacional del Atún Tropical

“La CIAT ya lo ha demostrado antes. Esta comisión puede tomar medidas trascendentales para la salud del océano Pacífico. Ejemplos claros incluyen la resolución adoptada en 2023, que obliga a las flotas a transicionar hacia el uso exclusivo de plantados biodegradables, o las resoluciones de 2019, que prohíben los lances sobre tiburones ballena y adoptan medidas para reducir la captura incidental de tortugas marinas en las pesquerías de la CIAT”. (I)