Las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), correspondientes al 2022, arrojan que hay menos de 4.500 empresas grandes activas en el Ecuador, mientras que las micro (810.700), pequeñas (38.300) y medianas empresas (10.300) constituyen la abrumadora mayoría. Pero ¿cómo reconocer entre un grupo y otro? ¿Con qué parámetros se los clasifica?
La Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros del Ecuador acogió, mediante resolución, la clasificación oficial de las pequeñas y medianas empresas –conocidas como pymes– de acuerdo con la normativa implantada por la Comunidad Andina de Naciones (CAN) en su Resolución 1260:
Variables | Microempresa | Pequeña | Mediana | Grande |
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Personal ocupado | De 1 a 9 | De 10 a 49 | De 50 a 199 | Más de 200 |
Valor bruto de ventas anuales ($) | Igual o menor a 100.000 | 100.001 a 1’000.000 | 1.000.001 a 5’000.000 | Más de 5’000.000 |
Monto de activos ($) | Hasta 100.000 | 100.001 hasta 750.000 | 750.001 hasta 3’999.999 | Más 4’000.000 |
De esta manera quedan establecidas de forma clara y específica las características que diferencian a cada grupo y sus particularidades. Así es fácil determinar, por ejemplo, que un emprendimiento con una nómina de menos de 10 empleados y ventas anuales por debajo de los $100.000 es una microempresa y no una pequeña empresa. También, que una compañía con cerca de 200 trabajadores y ventas anuales de hasta $5′000.000 podría parecer en el papel una empresa grande, sin embargo, está considerada como mediana, según los parámetros oficiales.
La conectividad es un factor importante para el desarrollo de las pymes
Vale aclarar, además, que al conjunto de pequeñas y medianas empresas se lo denomina pymes, mientras que las mipymes resultan de la unión de estos dos segmentos más las microempresas.
Fomentan el desarrollo
Si bien las microempresas se llevan la mayor tajada del pastel en cuanto a representatividad numérica en el tejido económico del Ecuador, las pequeñas y medianas empresas promueven su desarrollo dinámico y sostenido.
Andrés Bayolo, director de la Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas de la Universidad Politécnica Salesiana (UPS) de Guayaquil, explica que las pymes desempeñan un papel crucial en la dinamización de la economía de un país de varias maneras, entre ellas, la generación de empleo.
“Las pymes son grandes empleadoras en la mayoría de las economías. Al ser más flexibles y ágiles, pueden adaptarse mejor a las necesidades cambiantes del mercado y, por lo tanto, tienden a contratar y despedir trabajadores de manera más rápida que las grandes empresas. Esto ayuda a absorber parte de la mano de obra disponible y reduce las tasas de desempleo”, asegura.
Otro rubro que las hace destacar es su tendencia a promover la innovación. “Al estar más cerca de sus clientes y mercados, pueden identificar necesidades no cubiertas y desarrollar productos o servicios innovadores para satisfacer esas demandas. Esto fomenta la competencia en el mercado y promueve la mejora continua en el sector empresarial”, indica.
Además de tener la capacidad de responder rápidamente a los cambios económicos y del entorno, su tamaño más reducido les permite tomar decisiones más ágiles y modificar su enfoque o modelo de negocio según las circunstancias, remarca Andrés Bayolo. Añade que las pymes también “aportan diversidad al mercado y evitan la concentración del poder económico en manos de unas pocas grandes empresas. La competencia que generan impulsa la eficiencia y la calidad de los productos y servicios, beneficiando a los consumidores y a la economía en general”.
Y, aunque su contribución de manera individual al producto interno bruto (PIB) podría considerarse como “modesta”, según el experto, lo cierto es que en conjunto el aporte de las pequeñas y medianas empresas sí resulta significativo: “La suma de todas las actividades de las pymes representa una parte considerable de la economía total del país”.
Por ciudades
Después de Quito y Guayaquil, Cuenca es el tercer cantón con mayor número de empresas en el Ecuador, detalla Estefanía Jara, directora de la Cámara de la Pequeña Industria del Azuay (Capia). Tomando como referencia las estadísticas del INEC de 2021, Jara refiere que Quito contaba en ese período con 190.983 empresas; Guayaquil, con 114.694; y, Cuenca, con 45.915, el equivalente al 83 % del total de empresas en la provincia austral.
Las pymes representaron el 18 % en cuanto a las ventas totales en Azuay en 2021, indica la directora de la Capia, mientras que en el apartado de generación de empleo representaron el 30 % en 2022. Estas cifras oficiales revelan la importancia de este segmento en el engranaje económico del país.
Sus mayores obstáculos
Entre 2021 y 2022, las empresas que más crecieron en el Ecuador fueron, de hecho, las pymes: las pequeñas en un 1,7 %, mientras que las medianas en un 1,8 %, según las estadísticas del INEC. Este incremento se dio pese a que este grupo ha enfrentado escenarios cambiantes y desafiantes en cuanto a condiciones económicas, políticas y tecnológicas, entre otras, señala Andrés Bayolo.
“Una de las principales dificultades que han tenido las pymes ha sido el acceso a financiamiento, a pesar de que se han implementado varios programas de apoyo y facilidades para mejorar el acceso a crédito y capital, lo que ha impulsado y ha sido fundamental para su crecimiento”, refiere. “Estas empresas suelen tener recursos financieros limitados y dependen en gran medida de la disponibilidad de capital externo para expandirse, invertir en nuevas tecnologías e innovación, mejorar sus operaciones o entrar en nuevos mercados”.
Créditos para las pymes
Optar a préstamos o líneas de crédito tradicionalmente ha resultado ser un proceso complejo para los pequeños y medianos empresarios al encontrarse con una barrera de exigentes requisitos que no todos pueden cumplir, asegura el especialista. Pero desde el Gobierno y desde la banca privada, estos requerimientos se han ido flexibilizando en los últimos años al aquilatar el verdadero peso y aporte de las pymes a la economía ecuatoriana. Un ejemplo es el crédito Pyme Pacífico, del Banco del Pacífico, que solo solicita la firma del codeudor para préstamos a partir de $25.000.
Portavoces de esta institución bancaria señalan que el objetivo es dar más facilidades a las pymes –a las que consideran como el motor de la economía del país– para que puedan acceder a un crédito sin tener que dar garantías, uno de los principales obstáculos por los que muchas solicitudes de este segmento no lograban ser aprobadas anteriormente.
En lo que va de 2023, esta entidad bancaria ha desembolsado 253 créditos para pymes mayoritariamente de los sectores de servicios, alimentos y bebidas y ferreterías, por un valor de $16,3 millones. El 73 % de esos créditos se distribuyó entre cinco ciudades: Guayaquil, Quito, Ibarra, Santo Domingo y Milagro. No obstante, aspiran a que el monto de colocación se incremente de manera significativa con el crédito especial Pyme Pacífico, por sus condiciones atractivas en cuanto a tasa, plazo y flexibilidad en la garantía. (I)