Las ostras se han convertido en el último años en una fuente de negocio de varias familias que residen en las costas ecuatorianas.

Desde hace unos diez años comenzó el cultivo de este molusco en la provincia de Santa Elena, luego a través de un convenio se unió la Oficina Comercial del Gobierno de China-Taiwán. La primera siembra, ejecutada por la Subsecretaría de Acuacultura y Pesca, se realizó en la comuna El Real, perteneciente a Chanduy.

Para el cultivo se tuvo que colocar líneas de cultivo en el mar para crear un ambiente donde el molusco pueda crecer, el tiempo esperado fue de ocho meses. El Ministerio de Agricultura fue el encargado de montar las líneas de cultivo y en la asistencia técnica para los pescadores.

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Con el paso de los años se continuó el proceso de cultivo y más poblaciones y asociaciones se unieron al proceso. En el 2016 se firmó el convenio con la Prefectura de Santa Elena para la construcción de una planta de producción de semillas de ostras para diversificar el producto entre los pescadores. El costo de la construcción fue mayor de 2,6 millones de dólares. En 2018 se inauguró el laboratorio en la comuna y tres años después se transfirió la propiedad al Gobierno Provincial de Santa Elena.

Laboratorio de ostras en Chanduy. Foto: @Ambiente_Ec

Las ostras cultivadas del Pacífico (Crassostrea gigas) son más grandes que los ostiones y con una forma que va del ovoide a lo irregular.

En el laboratorio, según se explica en un video, se colocan juntos y se los estimula para que los huevos se fertilicen y alcancen la etapa de pediveliger para que logren hacer su fijación.

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Tras 6 y 8 semanas lograrán alcanzar una longitud de un centímetro lo que permitirá su siembra. Estos moluscos se colocan en jaulas cilíndrica con varios pisos donde engordarán y tras ocho meses alcanzarán el tamaño adecuado para su comercialización (entre ocho y nueve centímetros).

Debido a su textura viscosa, hay quienes las rechazan, pero una vez que se entrena el paladar puede apreciarse su delicado sabor. Otro punto a favor de esta especie es que las ostras limpian los océanos de contaminación.

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Algunos tipos de ostras producen una perla en su interior, por la introducción de un cuerpo extraño como un grano de arena.

Una vez abiertas, tienen que estar llenas de agua y oler sutilmente a mar. La mejor forma de comerlas es crudas y frescas, con un poco de limón o vinagre, aconsejan en Agrotendencia.

Receta de ostras al gratín

  • 16 ostras
  • 2 dientes de ajo
  • 1/2 taza de mantequilla
  • 1/4 taza de queso gruyere
  • 1/4 taza de pan rallado
  • 2 cucharadas de perejil fresco picado
  • 1/2 limón
  • Una pizca de sal fina
  • Sal marina

Preparación

Abrir las ostras con la punta de un cuchillo pequeño y afilado. Apóyalas sobre un paño de cocina para evitar que se te escurran.

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Vacía el contenido en un bol y añade el zumo del medio limón. Desecha las conchas más planas y quédate con las más cóncavas. Lávalas bien y reserva.

Pela los dientes de ajo, trocéalos y machácalos en un mortero con una pizca de sal fina. Coloca la mantequilla a temperatura ambiente en un bol y bátela hasta que se forme una crema.

Agrega el ajo a la mantequilla y bate nuevamente para integrar. Aparte, mezcla el queso gruyere y el pan rallado. Precalienta el horno a 200 °C con el grill encendido.

Extiende una cantidad generosa de sal marina sobre una bandeja o una fuente refractaria y coloca las conchas encima pra evitar que se muevan. Agrega las ostras con un poco de jugo, luego cubre con una cucharadita de mantequilla de ajo y corona con la mezcla de queso y pan rallado.

Mételo al horno durante tres minutos o hasta que se doren.

Cuando estén listas, sácalas del horno, espolvorea un poco de perejil fresco picado para decorar y sirve inmediatamente porque se deben comer calientes. (Receta tomada de Unareceta.com). (I)