Para ‘la vieja guardia’ hay personajes que no se han borrado de su mente. Uno de estos es Eloy Ortega Soto, quien fue un reconocido meteorólogo en el siglo pasado y cuyas predicciones eran ‘exactas’, según se cuenta.

Su importancia ha sido tal que cuenta con un monumento en la plaza Centenario en el centro de Guayaquil.

A Ortega Soto se lo reconocía por vestir un terno, bastón y portar su sombrero. Nació en Guayaquil el 14 de agosto de 1900 y desde pequeño sintió una atracción por la astronomía. Su padre fomentó su interés a través de libros ya que contaba con una pequeña librería.

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Eloy Ortega Soto, insigne investigador científico y astrónomo guayaquileño

En Quito instaló un estudio fotográfico y allí conoció a su esposa. Estuvo siete años estudiando en el Observatorio Astronómico García Moreno.

Fue acusado de brujo al dos veces pronosticar temblores y terremotos. Uno fue el 7 de agosto de 1928 en el Valle de los Chillos. En 1947 publicó su Teoría del Sol frío, años después dos libros más.

Eloy Ortega Soto fue reconocido por sus predicciones. Foto: Archivo

A lo largo de 25 años distribuyó y publicó el Almanaque Ortega donde ponía las predicciones de estado del tiempo, lo cual era indispensable para el sector rural y favorecía a la agricultura. En publicaciones anteriores de este Diario se menciona también que Ortega provocaba precipitaciones bombardeando a las nubes con nitrato de plata, yoduro de potasio, cromo y otras sustancias secretas.

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En 1978 se le sustrayeron sus telescopio y falleció en marzo de 1987. (I)