Alrededor de un 80 % de las pinturas que se utilizan en áreas públicas en Quito cumplirían con la normativa del límite máximo de plomo, pero el porcentaje restante tendría niveles de toxicidad.
La Pontifica Universidad Católica del Ecuador (PUCE) realizó un análisis entre enero y febrero de este año en pinturas que se usan para casas, de uso industrial, incluidas las de señalización vial, que se utilizan para pintar las calles, parqueaderos y entradas a los edificios, así como los pigmentos para dar color al concreto.
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En particular, los pigmentos amarillos, naranjas y rojos son los más peligrosos ya que contienen compuestos de plomo, cadmio y cromo, sostuvo ese centro de estudios.
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La Universidad Católica ha encontrado que existen pinturas que sobrepasan hasta 60 veces el máximo de plomo permitido en el reglamento técnico ecuatoriano respectivo.
Es decir, indicó Hugo Navarrete, director del Centro de Estudios Aplicados en Química de la PUCE, en Quito, tanto casas como calles están siendo pintadas con productos que contienen hasta 45.300 partes por millón, cuando el máximo permitido son 600 partes por millón.
Recordó que la universidad durante los últimos ocho años ha hecho esfuerzos para entender el grado de contaminación de los alimentos y agua con metales pesados, como plomo, cadmio, mercurio, cromo y arsénico.
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Se han encontrado datos alarmantes que demuestran que muchos de los mariscos hasta las hortalizas están contaminados con estos metales venenosos, agregó.
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El siguiente paso es responder a una pregunta planteada: ¿de dónde viene esa contaminación? porque, puntualizó, el plomo se usaba hace unos 30 años en la gasolina, pero en 1996 se suspendió para aumentar el octanaje.
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Señaló que en la fabricación de pinturas se usan pigmentos que tienen como base cromato de plomo o compuestos de cadmio. Las pinturas, agregó, se van desgastando por la degradación de la resina y se liberan las partículas de pigmento que terminan ya sea en el aire o en el agua y regresan en forma de alimento.
Con esa premisa, indicó, empezaron a hacer pruebas con muestras de pintura de paredes de sectores públicos y también compraron algunos productos para hacer su evaluación.
El cadmio es un metal que acelera el desarrollo del cáncer de mama, de próstata, genera problemas pulmonares y cardiovasculares y afecta el funcionamiento de los riñones, mencionó.
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Navarrete expresó que existen estudios aislados, pero no hay datos sobre la presencia de cadmio y plomo en la sangre ni orina en ciudadanos en el país, por lo que esperan hacerlo.
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“Quizá muchos de los problemas cardiovasculares, incluyendo presión arterial alta, se deba a tanto la presencia de plomo como de cadmio en la sangre”, opinó el investigador.
Navarrete expresó que están tratando de que con apoyo de organismos gubernamentales se extienda la investigación a unidades escolares.
La investigación fue hecha en Quito, próximamente será publicada en una revista científica y entregada a las autoridades. (I)