Aprender desde casa se tornó en una situación común para la mayoría de ecuatorianos durante la pandemia. Sin embargo, este modo de aprendizaje es ahora una realidad para muchas familias.

El homeschool es una modalidad de estudio cuya dinámica va más allá de recibir clases sin salir de casa pues prioriza los conocimientos e intereses de cada estudiante incluyendo actividades como, investigaciones, experiencias y demás, con el acompañamiento de sus padres o un tutor.

Ese es el caso de Rebeca Edgecombe, quien realizó su etapa de colegio desde su hogar. La joven culminó sus estudios primarios en una institución educativa, pero posteriormente estudió seis años en su domicilio. Ella resalta que esta modalidad no funciona como un colegio regular, pues las horas de estudio no son las mismas. En este caso, se establecen objetivos diarios con el fin de culminar los folletos de cada materia, en total realizaba una docena de exámenes por asignatura al año. Aquella calificaciones, eran enviadas por su profesora, en su caso su mamá, a la escuela paraguas en Estados Unidos, donde ella estaba registrada.

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¿Qué es una escuela paraguas?

Es una institución, generalmente una escuela de carácter privado o religioso, que tiene la opción para la instrucción en el hogar. Los padres deben inscribir a sus hijos en estas compañías y además, enviar las calificaciones de sus representados para recibir el pase de año.

Edgecombe resalta que aquella decisión la ayudó a fortalecer conocimientos para su actual carrera, composición musical. “Yo me pude preparar para mi carrera en erencia. En el caso de Ecuador, podrían utilizar la malla curricular del Ministerio de Eduación. No obstante, en otras ocasiones, el plan de aprendizaje puede basarse en los intereses del menor, como Rebeca, cuyac formación estuvo ligada al ámbito musical.

Rebeca se graduó con honores y no ha tenido problemas en cuestión de contenidos al momento de ingresar a la universidad, tampoco en cuanto a sus relaciones interpersonales, pues siempre estuvo en contacto con otros jóvenes de su edad.

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La joven y su familia forman parte de una comunidad cristiana de homeschool de más de 40 familias en Guayaquil. La intención de los padres del colectivo busca darles a sus hijos una educación centrada en Cristo, debido a que cada uno de ellos ha tenido sus motivos para retirar a los menores del sistema regular de estudios.

Niños de la comunidad de homeschool cristiana. Foto: Cortesía.

Gabriela Hermida, diseñadora de modas y madre de dos hijas (siete y trece años), le cuenta a EL UNIVERSO que su principal razón no estuvo ligada a problemas o carencias con el sistema educativo nacional, más bien, esta modalidad se acopla mejor a su estilo de vida. “Mi hija mayor estuvo hasta quinto de básica, pero ya al conocer este nuevo método decidimos tomarlo”; cuenta. Sus hijas tienen flexibilidad en cuanto a horarios y materias. Esto “nos ayuda como familia para realizar otras actividades y también para planificar las vacaciones”, explica.

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Hermida reporta las calificaciones de sus hijas dos veces al año a la escuela paraguas Homelife Academy en Estados Unidos. “Como padres hay que ser muy conscientes de cómo calificar a los hijos porque les puede hacer un daño si les pones una “A” -nota máxima- en todo y realmente no se la merece. Es totalmente mi responsabilidad y tengo que ser muy objetiva en determinar si estoy viendo un avance”.

No todo son libros, por lo que Hermida recalca que parte del homeschooling es brindarle experiencias a los niños. Deben realizar actividades extracurriculares fuera de casa e interactuar con otros. Es por ese motivo que su comunidad organiza paseos, excursiones y otras actividades mensualmente para que los niños se integren. Incluso, han llegado a dictar clases colectivas.

“El homeschool se convierte en un estilo de vida, el aprendizaje ocurre de forma natural en todo lo que se hace en el día a día, más allá de los libros y los exámenes. Podemos practicar matemáticas mientras horneamos un pastel o con finanzas personales”.

Clases grupales con otras familias. Foto: Cortesía.

Presencia de un tutor

En Quito, Mayté Bravo también desarrolla esta modalidad con su hija, quien actualmente cursa el décimo año de educación básica superior. Apenas lleva realizándolo este año lectivo y utiliza el método flipped classroom (aula invertida), donde el estudiante hace una investigación previa y llega con esos conocimientos a la “clase” para tener una plenaria. Ella y su hija estudian por alrededor de tres horas diarias, pero dependiendo de la actividad, la duración puede ser superior. “Cuando estás haciendo homeschool la idea es que no repliques la escuela”.

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Entre las recomendaciones que da Bravo a los padres, está el análisis con conciencia de esta decisión, además recuerda que no necesariamente deben ser los progenitores quienes impartan las clases. De hecho, explica, existen modelos híbridos donde la figura de profesor la ejerce un tutor.

Los costos de esta modalidad varían y dependerán de varios factores. Por ejemplo, Bravo cancela anualmente 200 dólares por el registro de su hija, mientras que Hermida el mismo valor anual por sus dos hijas. “El homeschool es tan caro o tan barato como tú lo deseas”, comenta Bravo, pues si bien, se paga un valor anual, los costos en materiales, experiencias y otras necesidades dependerán de los padres.

¿Cómo convalidar los estudios?

Si el menor está inscrito en una escuela paraguas en el exterior, sus padres deben validar el pase de año y la documentación con el Ministerio de Educación. Este proceso se debe realizar para que posteriormente los alumnos puedan acceder a la universidad o en caso de querer retornar a un colegio en un siguiente año lectivo. (I)