CUENCA

La investigación de presuntas violaciones sexuales a mujeres conscriptas dentro y fuera de los recintos militares a cargo de sus superiores causa preocupación en la ciudad. En la Fiscalía ya se abrieron dos investigaciones en contra de varios uniformados, y los altos mandos del Ejército aseguran que están tomando correctivos.

Una de las denuncias revela que el primer caso habría ocurrido en la Brigada de Artillería 27 Portete la madrugada del 11 de diciembre de 2022, en la habitación de una subteniente que habría sido drogada previamente. Un segundo hecho se habría dado la noche del 6 de marzo de 2023 en un hostal de la ciudad.

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Ambos casos son investigados por la Unidad de Género de la Fiscalía del Azuay, y, según lo que comentó su titular, Leonardo Amoroso, están bajo sospecha entre tres y cuatro militares a quienes con el tiempo se les determinará, de ser el caso, su nivel de participación.

Un aspecto que resaltó es que hasta ahora las aparentes víctimas solo rindieron sus versiones, pero les perdieron la pista, posiblemente por un traslado a otro recinto.

Aunque el delito tiene su tipificación en el Código Penal, Amoroso adelantó que, de comprobarse, hay dos agravantes importantes, como lo son el sitio donde ocurrió y la jerarquía entre la víctima y el victimario por una aparente relación de poder.

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Para responder a las críticas llegó a la ciudad el comandante general del Ejército, Gustavo Acosta, quien en un inicio informó que conocía un caso, pero a los pocos minutos, y por presión de la prensa, admitió que son dos.

Sobre el presunto victimario de uno de los casos dijo que este se encuentra trabajando con normalidad porque goza del derecho constitucional a la inocencia, mientras que una de las supuestas afectadas pidió la baja voluntaria. Del otro suceso no dio información.

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Aseguró que están pendientes del caso y, en lo legal, dispuestos a abrir los archivos requeridos, mientras que en lo administrativo hay otros procedimientos de los que tampoco supo informar en detalle.

Pero el evento también es vigilado de cerca por los grupos feministas de la ciudad, como la Coordinadora Política de Mujeres, cuya representante, Nidia Solís, va más allá al decir que, con base en los testimonios de las víctimas, estos casos no serían aislados sino más bien repetitivos, y hasta habló de la existencia de una red de prostitución.

También en la delegación provincial de la Defensoría del Pueblo están vigilantes de que se cumpla un debido proceso y se respeten los derechos de la afectada.

Sobre la existencia o no de una red de prostitución dentro de los cuarteles militares de Cuenca, el fiscal de Azuay dijo que este sería un tema aparte del que no tienen información.

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Y aunque insistió en que es posible que las víctimas no acudan a dar su testimonio, aseguró que ellos seguirán el caso de oficio para que no quede en la impunidad. (I)