Luego de haber colaborado desde la diplomacia desde hace 40 años, con ocho Gobiernos de distintas tendencias ideológicas, Ivonne Baki se encuentra preocupada. En su despacho, en la segunda planta de la Embajada de Ecuador en Washington, comparte café y dulces ecuatorianos con sus visitas. También suele regalarles una rosa de exportación y un ejemplar de su libro biográfico. No le gusta madrugar y evita ir a los desayunos y ceremonias de las mañanas, que en la vida diplomática son comunes, y prefiere quedarse despierta hasta la madrugada, despachando desde su casa.