Las playas de San Lorenzo y Ligüiqui, ubicadas en la zona rural de Manta, han sido recientemente reconocidas como Playas Turísticas Sostenibles de Ecuador, un logro que posiciona a esta ciudad en el ámbito turístico.

Estas dos playas se suman a un selecto grupo de balnearios en el país que ostentan esta certificación del Ministerio de Turismo, siendo Los Frailes y Ayampe, en Puerto López, las únicas que hasta entonces contaban con este distintivo a nivel nacional.

El proceso para obtener esta certificación comenzó en octubre de 2024 y culminó el pasado 20 de febrero de 2025, cuando se entregó el reconocimiento en categoría plata a las comunidades de ambas playas.

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Este galardón destaca el cumplimiento de 27 requisitos en áreas clave como gestión ambiental, seguridad, turismo y manejo responsable de los recursos costeros.

Con este logro, Manta se convierte en el segundo cantón del país y de la provincia de Manabí en alcanzar esta distinción.

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Daniela Delgado, analista de proyectos y actividades de la Dirección de Turismo del Municipio de Manta, indicó que en este reconocimiento hay dos categorías: plata y oro. En el caso de Manta y Puerto López, los balnearios están en categoría plata, lo que garantiza al visitante una playa donde el agua y el ambiente son sanos.

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Esto porque deben cumplir con requisitos como monitoreo en laboratorios del agua, de la arena, charlas de educación ambiental a la población, seguridad, trabajo con comunidades, acceso a restaurantes, comercio organizado, hoteles, baños, en fin, todo lo que pueda necesitar el turista.

A esto se suman los controles constantes por parte de personal municipal y las señaléticas en las que se exponen las normas que se deben cumplir para ingresar a esas playas.

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La playa de San Lorenzo es una de las más visitadas de Manta.

De acuerdo con la funcionaria, en San Lorenzo, donde hay nidos de tortugas, no se puede hacer deporte, existe un comercio limitado y tampoco es permitido hacer eventos masivos, es prohibido llevarse piedras o caracoles, no se puede hacer ruido. En Ligüiqui, las normas son similares. “Todo eso está en señaléticas en cada playa”, agregó.

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En San Lorenzo se ofrecen actividades como surf, aventuras al aire libre y una rica gastronomía basada en productos locales. Además, es un punto de anidación de tortugas marinas y hogar de monos aulladores en las zonas montañosas cercanas, lo que resalta su valor ecológico.

Ligüiqui, por su parte, destaca por su tranquilidad y su entorno natural preservado, ideal para quienes buscan desconectarse y disfrutar de la biodiversidad. Este es uno de los trece balnearios que tiene Manta y se destaca por las llamadas piscinas naturales que se han formado a la orilla de la playa.

Los corrales marinos son estructuras similares a pozas formadas por piedras que, según expertos, hace más de 1.500 años fueron usadas para pescar. Ligüiqui, sitio de 436 habitantes, está ubicado a unos 25 minutos del centro de Manta. Este sector es común de la parroquia San Lorenzo.

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Ambos lugares están a tan solo diez minutos de distancia en vehículos. Los visitantes pueden acudir a la playa, al faro y a una cascada.

La sostenibilidad de estas playas se fundamenta en la protección de sus ecosistemas, la gestión adecuada de residuos y la participación activa de las comunidades locales.

Wendy Ube, presidenta del gobierno parroquial de San Lorenzo, señaló en el evento de certificación que este reconocimiento no solo impulsa al turismo, sino que también abre oportunidades laborales para los habitantes, lo cual promueve un desarrollo económico alineado con la conservación ambiental.

Manabí es la única provincia del país que cuenta con playas sostenibles. Existen otros dos balnearios con esta categoría en el cantón Puerto López: Los Frailes y Ayampe.

Andrés Bermeo, agente turístico de la zona, indicó que estos son dos tesoros naturales que destacan por su belleza y conservación. Los balnearios atraen a visitantes nacionales y extranjeros por sus paisajes vírgenes, aguas cristalinas y un entorno que invita a la tranquilidad y al contacto con la naturaleza, agregó.

Bermeo dijo que Los Frailes, considerada una de las playas más hermosas del Ecuador, forma parte del Parque Nacional Machalilla, un área protegida que abarca más de 56.0 hectáreas terrestres y una extensa zona marina.

Esta playa se distingue por su arena blanca, aguas turquesas y un entorno rodeado de acantilados y bosque seco. Hay espacios ideales para caminatas, natación y observación de aves marinas e iguanas. A los turistas les gusta mucho ir allá”, expresó.

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El acceso a Los Frailes está regulado para preservar su ecosistema. Los visitantes ingresan por una garita, tras un breve registro, y pueden optar por una caminata de 30 a 45 minutos a través de senderos que atraviesan el bosque seco, o bien llegar en vehículo hasta el estacionamiento (allí cobran $ 2 por automóvil).

Entre sus atractivos adicionales están el mirador Las Fragatas y las playas Tortuguita y Prieta, accesibles por senderos, aunque el baño está restringido.

Mientras que la playa de Ayampe, a 17 kilómetros al sur de Puerto López, está ubicada en un pequeño pueblo costero, con una población estimada de 400 habitantes.

Es conocida por su oleaje constante, ideal para surfistas, y su ambiente relajado. El islote Los Ahorcados es visible desde la orilla, un punto popular para snorkeling, kayak y pesca deportiva.

Bermeo dijo que los visitantes pueden explorar senderos en las colinas cercanas o el estuario del río Ayampe, hogar de aves como garzas, pelícanos y fragatas.

En Los Frailes, el ingreso está permitido de 07:00 a 16:00 y está prohibido introducir alimentos, bebidas alcohólicas, mascotas, así como fumar, acampar o encender fogatas. No se permite el uso de jabones o champús en las duchas disponibles ni extraer flora o fauna.

En Ayampe, aunque las reglas son menos formales por no ser un área protegida, se exhorta a los visitantes a no dejar basura, respetar las corrientes fuertes —que pueden ser peligrosas— y evitar el uso de plásticos de un solo uso. (I)