Un inusual caso se presentó en el Hospital Verdi Cevallos Balda de Portoviejo. Una mujer de 33 años arribó a la casa de salud con un supuesto diagnóstico de dolor abdominal agudo, sin saber que su verdadero cuadro médico era un embarazo de 39 semanas y que se encontraba en pleno trabajo de parto.

La protagonista de esta historia es Anny Tuárez, una portovejense radicada en el cantón Santa Ana, quien asegura que a lo largo de las 39 semanas de gestación jamás notó que estaba embarazada.

“Soy una mujer con sobrepeso y nunca he tenido un periodo menstrual regular, no asocié ningún signo o síntoma a un embarazo”, reconoce sorprendida.

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“Me encontraba en casa cuando de pronto empecé a sentir un dolor muy fuerte en el abdomen, pensé se debía a problemas gastrointestinales por una cirugía de vesícula que tuve hace un año”, expresa Tuárez, quien añade que el dolor no paraba y por eso pidió ayuda a su esposo.

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“La llevé de inmediato al centro de salud de Santa Ana, solicité que le pusieran una inyección para el dolor, pero mi sorpresa fue tal que... Mientras la doctora la chequeaba determinó que los dolores correspondían a contracciones”, asegura su esposo, Víctor Macías, quien explica que incluso con un equipo escucharon los latidos del corazón del bebé y quedó en shock.

Con cinco centímetros de dilatación y dolores más fuertes, la mujer fue trasladada de inmediato al Hospital Verdi Cevallos, aún sin asimilar su estado real. “No lo creía, era surreal”, asegura.

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Luego de un trabajo de parto que se extendió por casi diez horas, Anny dio a luz a un bebé que pesó 3.417 gramos y midió 51 centímetros.

“Es un regalo. Luego de 16 años de casados, es nuestro primer bebé y llegó con mucha sorpresa”, afirma la mujer.

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Fidel Mendoza, responsable del servicio de ginecoobstetricia del hospital, explica que este tipo de casos son extremadamente raros y es la primera vez que se atiende a una mujer en trabajo de parto, en las citadas circunstancias.

Hace un año, Anny fue intervenida quirúrgicamente en el Hospital Verdi Cevallos y presentó complicaciones cardiovasculares, incluso llegó a tener una parada cardíaca de cinco minutos.

“Prácticamente estuvo muerta durante ese tiempo”, expone su esposo. Sin embargo, luego de esos momentos de angustia y desesperación, ahora han recibido una bendición que llamarán Víctor Emanuel, quien ya fue dado de alta junto con su madre para empezar su vida en familia. (I)