Carne molida al jugo perfectamente cocinada de muy buen olor y sabor.

Carne cocida con desechos. ¿Desechos? Sí, residuos orgánicos naturales como cáscaras de frutas, cáscaras de vegetales, vegetales en estado de descomposición, heces de animales como llamas, ovejas y cuyes.

Cocinada a fuego con biogás que, a diferencia del gas común, no genera llama azul sino transparente, a tal punto de que parece que no existe.

Publicidad

Este proyecto ecológico lo lleva adelante el colegio Johannes Kepler, en Quito, para aprovechar al máximo los desechos orgánicos.

¿Cómo funciona?

El proceso se inicia con la colocación de los desechos orgánicos en una máquina denominada biodigestor, que mide unos 4 metros de largo por 50 centímetros de altura. Su tarea es digerir y descomponer residuos orgánicos, tal como funciona la digestión de una vaca que posee cuatro estómagos.

El biodigestor es un equipo que posee bacterias metanogénicas que descomponen la materia orgánica y forman metano. Actúan en un estado sin oxígeno, lo que permite una fermentación anaeróbica con lo que se empiezan a degradar los residuos orgánicos, que tienen carbón, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno.

Publicidad

41 medidores para registrar consumo en autos eléctricos ha instalado CNEL en domicilios; movilidad sostenible sigue a paso lento en Ecuador

La máquina está totalmente sellada para que no ingrese oxígeno, pero dentro del aparato se produce biogás, que tiene una mezcla de gas metano o CH4 al 60 % y CO2 (dióxido de carbono) al 40 %. Consta además de un sistema de pesas de arena para soportar la presión del gas.

El espacio en el que fue colocada la máquina en esa unidad educativa está cubierto para crear una especie de pequeño invernadero, a fin de que el calor que emite permita que las bacterias absorban la energía y generar la producción de metano.

Publicidad

Al final de las cuatro cámaras que forman la máquina hay un filtro que sirve para que el gas que se emite sea sin CO2 y únicamente metano.

QUITO (06-04-2022).- Son 35 las plantas sembradas en un huerto en el colegio Johannes Kepler. Carlos Granja Medranda / EL UNIVERSO Foto: El Universo

Los resultados son la producción del biogás aprovechable y un abono fertilizante líquido.

Este último puede ser utilizado en el riego de diferentes plantas, aunque previamente hay que diluirlo en agua para no quemarlas.

El biodigestor, que fue comprado por esa institución, tiene un medidor de cuánta capacidad de gas ha formado. Esa unidad educativa ya ha procesado once toneladas en los ocho meses que está instalado.

Publicidad

“Es un ejemplo de sostenibilidad, de cómo utilizar residuos orgánicos que no van al botadero de basura directamente y crean más lixiviados, sino cómo aprovecharlos para producir energía limpia, energía limpia me refiero al biogás en sí”, dijo Daniela Espinosa, coordinadora del área de ciencias de esa unidad educativa y docente de Biología, quien hizo una explicación de cómo funciona el biodigestor.

Hay una tubería conectada a una manguera que dirige directamente el gas a una cocina especial.

Espinosa sostuvo que obtener el biogás es un proceso que toma días dependiendo de la cantidad y material de residuos orgánicos que se coloquen. Estima que podrían ser entre una y dos semanas.

Al biogás se lo aprovecha para prender la cocina. Al colocar un sartén donde está la carne molida se puede ver que no se genera una llama azul como la del gas licuado de petróleo (GLP) e incluso no es visible debido al proceso de combustión.

Esa energía sirve para preparar alimentos en clases de Biología, comentó la profesora.

El colegio maneja un plan para hacer una producción masiva en botellas del abono líquido como un proceso de sustentabilidad.

Huerto y otras ideas

A un costado del biodigestor y en un amplio espacio verde existe un huerto de 35 plantas de hortalizas y legumbres, algunas de las cuales son remolacha, espinaca, albahaca, pimiento, rábano, diversos tipos de lechuga, cebolla, brócoli, ají, manzanilla, hierba buena.

También hay una granja de animales cuyas heces son las que se usan en el biodigestor.

Existen otras iniciativas como la del Municipio de Quito, que lleva adelante un proyecto de una planta de biogás desde el 2012 en el relleno sanitario de El Inga en colaboración con una firma internacional.

“Se orienta a eliminar gas metano a gran escala, transformándolo en un suministro de 5.500 kW (kilovatios) de energía eléctrica limpia en beneficio de 25.000 hogares del Ecuador”, explicó el cabildo quiteño en un comunicado.

Además posibilita la reducción del 30 % de los gases contaminantes que se generan en el relleno sanitario.

Más de 17 toneladas de café sostenible ecuatoriano serán exportadas a Italia

Pablo Ponce, gerente del colegio y director del Pacto Global Ecuador de Naciones Unidas, mencionó que aprovechan también la energía solar, pues tienen instalados 68 paneles solares lo que de lunes a viernes genera el 75 % del consumo interno. En fin de semana sin actividades, estudiantes lo venden al sistema nacional interconectado.

Con otros establecimientos educativos, entidades seccionales como prefecturas y municipios, empresas privadas han sembrado más de 280.000 árboles dentro del proyecto Siembratón, agregó él.

Pero la carne molida no estaría completa sin nachos y guacamole. ¡Buen provecho y bien por el planeta! (I)