“Gran oferta a $ 13″, impreso en una hoja, es lo que se exhibe en un local de venta de uniformes escolares en el centro histórico de Quito.
Es una promoción de un saco de color azul de una institución educativa pública, antes del inicio del año lectivo Sierra-Amazonía, previsto para el 2 de septiembre de manera escalonada.
Es la manera en la que algunos establecimientos lo utilizan como gancho vendedor para que los compradores se acercan a adquirir los productos, aunque el movimiento no es lo que esperan sus propietarios.
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El enganche es además vestir a maniquíes con los uniformes escolares.
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En uno de esos locales, la gente entraba y salía cotizando precios y haciendo que los estudiantes se probaran las prendas para ver si las tallas les quedaban o no.
Lolita Tumipamba, propietaria de un establecimiento que funciona junto a la parada del Trolebús de la plaza de Santo Domingo, señaló que la venta ha mejorado en las últimas horas.
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“Creo que la gente estaba esperando que les paguen el décimo sueldo para poder venir a hacer las compras”, dijo.
En años pasados, explicó, el movimiento era más intenso; y, según su criterio, se debe a que hay mayor competencia y a que la gente prefiere los precios sobre la calidad.
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Esto porque hay venta en la calle o frente a las unidades educativas, adujo.
Sobre los $ 64 es el costo de un uniforme para un niño de los primeros años de escuela, que incluye el de uso diario y el de educación física; en tanto que para los del bachillerato, unos $ 80. Si se incluyen uniformes de parada, puede llegar a unos $ 150.
Su margen de utilidad ha ido disminuyendo para mantener a la clientela, reveló, pues ellos mismos confeccionan los uniformes.
Una semana antes para ingresar a clases estima que habrá mucho más dinamismo en la compra y venta.
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Michelle Almagro escogía un calentador y un uniforme de parada para su hijo, de 7 años, que va a una escuela pública en tercero de básica, en el norte de Quito.
El calentador costaba $ 18; para ella, era un precio económico, pues lo comparó con un establecimiento anterior en que le valió $ 26. Fue a la compra de los uniformes luego de haberlo matriculado, pero no conocía aún el listado de los útiles por utilizar. Su presupuesto será de unos $ 100.
Luis Mañay se dedica a la confección y venta de útiles escolares. Contó que no hay mucha aglomeración, pero prevé que, cuando falten unos ocho días para el retorno a clases, los compradores coparán su local.
Un uniforme puede ir desde $ 80, que incluye falda, blusa, saco y un calentador, y llegar a unos $ 130 o $ 140, cuando además se adquieren ternos o levas.
También ha revisado su margen de utilidad para ganar menos; de lo contrario, los clientes no regresan, señaló. Desde hace quince días se ha reactivado la venta, que se suele iniciar, lentamente, tras la finalización del año lectivo.
Alrededor de una hora se tardó Ana Lucía Altamirano en esperar en una papelería para que le tuvieran listos algunos artículos escolares para su hijo, de 8 años, que está en una escuela privada.
Ella comparó los precios de este año con los del anterior y señaló que en 2023 gastó unos $ 45, y ahora $ 65, en la compra de cuadernos, pinturas y material didáctico.
Con el pago del décimo cuarto hizo los gastos. La pensión en ese establecimiento también ha subido en unos $ 10, pues hubo la construcción de nuevas aulas escolares.
El décimo cuarto sueldo, que debió pagarse hasta el 15 de agosto, es uno de los beneficios laborales que deben recibir todos los empleados en relación de dependencia en Ecuador. Consiste en una remuneración que asciende al monto de un salario básico unificado, que se ubica en $ 460 en este 2024.
Agosto es el mes en el que lo reciben los trabajadores de la región Sierra y Amazonía, coincidiendo con el regreso a clases en esas provincias.
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Cristina Arellano, junto con sus hijos, estaba junto a la puerta de una papelería —antes del mediodía de este lunes— que lucía prácticamente abarrotada de compradores en la calle Guayaquil, centro de la ciudad.
Un guardia orientaba a los padres de familia hacia uno de los despachadores, a quienes entregaban las listas de útiles escolares, quienes buscan los cuadernos y los libros para que luego se acerquen a una caja a pagar.
En su caso, la lista era para dos de sus hijos que estudian en escuelas privadas. Con el pago del décimo cuarto fue a adquirir la lista escolar, que era de unos diez cuadernos y seis libros. El año pasado gastó $ 85. Por pensiones paga unos $ 110, y por matrícula, $ 40. Esos precios se han mantenido, contó.
Otras personas adquieren productos para comercializarlos en papelerías barriales, como fue el caso de Guadalupe Simaluisa, quien tiene un negocio en el sur de Quito. Dejó una lista de doce libros y doce cuadernos. La facilidad es que le van a dejar el pedido en su local. Estima que gastará unos $ 300.
En la plaza Arenas, en el centro de la ciudad, también hay oferta de comerciantes populares. Se destacan camisas, blusas, calzado escolar, mochilas, mandiles para colegios técnicos y libros.
Jenny Domínguez, de una de las asociaciones de comerciantes, comentó que los zapatos se pueden encontrar en unos $ 17 y las mochilas en $ 12.
Atienden desde las 08:00 hasta las 17:00 de lunes a domingo. (I)
