Al sonar una alarma comunitaria, los dueños de los locales comerciales salen a la calle con piedras y palos para apoyarse entre ellos y atrapar a los delincuentes que amedrentan la zona. Así entrenan los moradores de las calles Calderón y Carapungo, en el norte de Quito.

75 establecimientos comerciales realizaron simulacros durante la semana pasada para luchar contra los altos índices de delicuencia que experimenta el barrio. La ciudadanía expresó su cansancio ante vacunadores y ladrones que transitan por las calles.

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“Aquí hay indicios de vacunadores, también están diariamente caminando por aquí y en un solo descuido nos roban las cosas”, señaló un comerciante de Calderón.

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Ante ello, solicitaron al Municipio el permiso correspondiente para la colocación de alarmas en toda la vía. Cada negociante pidió el uso de un control para activarlo en caso que exista un hecho delictivo y salir a respaldar a la persona afectada para detener a los antisociales con la mercadería retenida.

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Asimismo, denuncian la presencia de sujetos que ingresan con panfletos y obligan a leerlos, acercando los documentos al rostro, para escopolaminar a las víctimas e inducirlos a entregar todo lo ahorrado en la semana de trabajo.

Bajo esta modalidad esperan que los llamados ‘vacunadores’ y asaltantes no tengan la intención de entrar una vez más al barrio y dejen de generar temor en niños y niñas de las escuelas, quienes tampoco pueden caminar con libertad. (I)

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