En 2024, Ecuador identificó cinco casos de viruela del mono, correspondientes a un brote anterior de la enfermedad y no al actual.
Según el Ministerio de Salud Pública (MSP), los pacientes fueron identificados a través de pruebas realizadas por el Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (Inspi).
El caso más reciente fue el de un ciudadano ecuatoriano, de 34 años, en la semana del 11 al 17 de agosto. En primera instancia, expuso esa cartera de Estado, el paciente requirió manejo hospitalario, pero actualmente cumple asilamiento domiciliario en condiciones estables con seguimiento especializado.
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Los casos presentados en el país están monitoreados, estables y ambulatorios y no corresponden a la nueva cepa, aseguró el MSP.
Esa cartera de Estado informó que no se registran casos de viruela símica en el país causados por la variante clado 1b, cepa que provocó, el pasado 14 de agosto, la declaración de la emergencia sanitaria a escala internacional por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Frente a esta nueva cepa, el MSP indicó que fortalece sus acciones y estrategias en las nueve coordinaciones zonales en vigilancia epidemiológica, donde se difunden acciones de prevención, detección temprana, seguimiento, control y monitoreo frecuente para evitar posibles contagios.
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Además se brinda información dirigida a la población general, con énfasis en grupos de población clave y vulnerable.
Recordó cuáles son las medidas de prevención, como higiene de manos, evitar contacto con personas que presenten erupciones o síntomas y el uso de protección en relaciones sexuales.
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También instó a la búsqueda de atención médica oportuna si se presenta fiebre, erupciones mucocutáneas o ganglios inflamados.
Formas de contagio
Esteban Ortiz, médico, señaló que la enfermedad tiene un potencial pandémico limitado, por eso, a su juicio, no habrá cuarentenas ni encierros como ocurrió con el COVID-19.
El virus, explicó, se transmite principalmente por contacto directo con animales como ciertos roedores y puede pasarse a los humanos a través de mordeduras, rasguños o al manipular la carne cruda de estos animales.
La transmisión entre humanos ocurre principalmente por contacto estrecho, a diferencia de los virus que se propagan por aerosoles.
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Para infectarse se necesita tener contacto con fluidos corporales, lesiones de piel o sangre y el riesgo aumenta con contacto sexual. En términos de contagio, el número de reproducción es inferior a dos, bastante bajo comparado con el COVID-19 .
Geográficamente, añadió, es endémica de África central y occidental, pero se han visto brotes en todo el mundo.
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Los síntomas de la viruela del mono se presentan en dos fases. Primero, con fiebre, dolor de cabeza, fatiga y ganglios inflamados. Luego, aparece la fase de erupción, donde las lesiones de la piel evolucionan de máculas a costras en un proceso que dura entre dos a cuatro semanas.
La mayoría de los casos son leves, pero algunas personas pueden tener complicaciones graves. El diagnóstico se basa en la sospecha clínica y pruebas de PCR, agregó.
La prevención es clave. Se recomienda el lavado de manos frecuente y evitar relaciones sexuales con múltiples parejas, especialmente en hombres que tienen sexo con hombres.
Es indispensable no automedicarse y, en caso de presentar síntomas, acudir al médico o al centro de salud más cercano, añadió el MSP. (I)
