Los casos de tumores malignos con mayor detección registrados durante el 2022 en el hospital de Solca-Manabí corresponden a cáncer de mama, piel, cérvico-uterino, próstata y estómago.

De acuerdo con la estadística de esta institución, en el 2022 se detectaron 1.836 nuevos casos de tumores malignos, cifra que supera los 1.691 que se detectaron en el 2021.

Es decir, hubo un incremento del 9 % el año pasado con relación al 2021.

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El cáncer de mama por segundo año consecutivo se mantuvo como el de mayor detección. Incluso, en el 2022 se detectaron tres casos de este tipo en hombres, pero en el 2022 el segundo lugar de casos de cáncer cambió, pues en el 2021 ese puesto fue para el cérvico-uterino, y el año pasado pasó a ser el de piel.

En el 2021 se confirmaron 170 casos de cáncer de piel en el hospital de Solca-Manabí, mientras que en el 2022 se reportaron 200, con un incremento cercano al 20 %.

Sobre esta incidencia del cáncer de piel en Manabí no solo se tienen reportes del más agresivo, que es el melanoma, que también es metastásico y de alta letalidad, sino también el de los vasos celulares, que es el más frecuente, según reconoció Stalin Delgado, subdirector médico de Solca-Manabí.

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Esta institución atiende a pacientes de las provincias de Manabí, Esmeraldas y Santo Domingo de los Tsáchilas.

“La mayoría de afectados son los que están más expuestos en el campo al sol, hacen sus labores agrícolas sin protección solar, sin protección con textiles en sus brazos. Tenemos en las costas a los pescadores. Pero no significa que solamente esté dirigido a ellos, sino a aquel que se exponga más al sol, porque los rayos ultravioleta vienen más directos”, señaló Delgado.

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Entre las señales de un posible padecimiento de cáncer de piel están las lesiones oscuras, que a veces provocan picazón. Esas lesiones presentes en la piel tienen bordes irregulares, la piel comienza a replegarse o arrugarse, y eso es lo que debe llamar la atención de las personas.

Deuda del IESS que supera los $ 100 millones con Solca por atención a pacientes derivados aún no se cancela

En el hospital Julio Villacreses Colmont, donde funciona Solca-Manabí, en Portoviejo, se recibe diariamente a unos 600 pacientes. Cerca del 90 % proviene del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS); el restante 10 % es de la red pública de salud, al igual que pacientes particulares.

Este 12 de marzo, el hospital conmemorará sus 53 años de creación. La visión que tienen sus autoridades es convertirlo en un hospital de tercer nivel, y ya comenzaron a dar los pasos para mejorar la dotación de servicios

Ruth Rivera, presidenta de Solca-Manabí, habló de las mejoras que ya se implementaron en las últimas semanas, las cuales incluyen la quimioterapia ambulatoria, una nueva ampliación del área de quimioterapia pediátrica, la estructuración de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátrica, la adquisición de resonador, mamógrafo y tomógrafo.

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También proyectan tener un área de medicina nuclear, para lo cual ya se tiene destinado un espacio en la parte posterior de este hospital, que cuenta con un personal, entre médico y administrativo, que llega a las 800 personas.

Contar con un área de medicina nuclear ya permitirá que los pacientes no viajen a Guayaquil o Quito para que se verifique si tienen o no metástasis, o el tratamiento de radioisótopos para quienes sufren trastornos para tiroides.

Deuda del IESS con prestadores externos bordeaba los $ 600 millones entre 2011 y 2021; hay inquietud en pacientes oncológicos derivados a Solca

Una de las áreas más sensibles es el área pediátrica. En la actualidad, en Solca-Manabí se atiende en promedio a 350 niños y jóvenes, en una casa de salud que anualmente detecta de 70 a 80 nuevos casos de cáncer en menores de edad.

Tener áreas como la uci pediátrica y, dentro de ese espacio, una sección para pacientes inmunosuprimidos (con defensas bajas) es cristalizar un sueño, sostuvo Richard Cedeño, jefe de Oncomatología Pediátrica de este hospital.

El principal problema para estructurar el pabellón de medicina nuclear es el económico, pues su construcción fluctuaría entre los $ 5 millones y $ 9 millones.

Por ello, se espera contar con el recurso que actualmente adeuda el Estado por la atención que se brinda a pacientes derivados de la seguridad social, al igual que de otras entidades de la red pública, y que ya supera a la fecha los 50 millones de dólares, indicaron.

“Pero lo más importante es la humanización no solo en la atención, sino en la dotación de los servicios: esa es nuestra principal meta”, señaló Ruth Rivera. (I)