Ibarra

Un agente civil de tránsito evitó que un paciente con problemas de depresión consiga lanzarse desde el cuarto piso del hospital San Vicente de Paúl a uno de los patios de esa casa de salud.

El desesperado aquejado, luciendo una prenda interior y descalzo, sobre una cornisa con un techo frágil que conecta a dos bloques del hospital, llamó la atención del personal sanitario, que inmediatamente solicitó ayuda al Cuerpo de Bomberos.

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Diego Morquecho, operador de tránsito de la Empresa de Movilidad del Norte, en pocos segundos se convirtió en héroe tras una arriesgada acción que frustró un nuevo intento de suicidio.

Momentos de apremio vivieron quienes seguían de cerca la operación que salvó la vida a esta persona, que deprimida estaba decidida a lanzarse al vacío desde aproximadamente unos 15 metros de altura.

Bomberos y el agente civil consiguieron requerir la atención de esta persona agobiada, entablando una breve conversación. Morquecho, de 30 años de edad, dijo que la intención era distraerlo y ganar tiempo para en segundos, evacuarlo.

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Tras conseguir que desviará la mirada y cambiara de posición el suicida, el arriesgado servidor de tránsito cruzó el techo de fibra, atenazó con sus brazos al ciudadano y se lanzó a una terraza, poniéndolo a buen recaudo.

El hecho posteado en las redes sociales se volvió viral y ha merecido el reconocimiento de la colectividad imbabureña, a pocas horas de la celebración de la Navidad.

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Morquecho sostuvo que la acción realizada por él es algo que todo ciudadano puede hacerla.

“Nadie quiere ver a una persona morir y eso me motivó a intentar salvarle la vida al caballero”, manifestó luego de la acción.

En coordinación con los bomberos y al encontrase más cerca, pidió que sea distraído para que el presunto suicida le dé la espalda y detener el lanzamiento. Diego manifestó que estos procedimientos no corresponden a los agentes de tránsito, pero sostuvo que aprendió algo en el curso de formación y de sus dos hermanos que son bomberos.

“Es ahora o nunca, dije, y en realidad actué sin medir el peligro, debido a que tenía que caminar por una cubierta de fibra, pero estaba en riesgo la vida de una persona y eso valía más en ese momento, ventajosamente todo salió bien”, indicó este salvavidas que dirige el tránsito en la Ciudad Blanca.

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“Me siento muy bien, porque es padre de familia. Yo perdí a mi papá a los 10 años y no quería que su hijo se quede sin padre”, contó.

“Nosotros no estamos sólo para sancionar o castigar a la gente, sino para charlar y ayudar a la ciudadanía”, enfatizó este agente de tránsito. (I)