Los principales índices cayeron este miércoles alrededor de un uno por ciento o más, y los bancos estadounidenses siguieron a sus contrapartes europeas a la baja debido a que los inversores se obsesionaron con el caso de Credit Suisse.

El banco Credit Suisse ha activado el plan de ayuda ante el desplome que sus acciones están sufriendo en bolsa este miércoles. La entidad ha pedido al Banco Nacional de Suiza una muestra pública de apoyo después de que sus acciones se desplomaran hasta un 30% en la sesión, después de que su principal accionista saudita descartara aumentar su participación.

Desde principios de semana, casi todos los grandes bancos europeos perdieron más del 10% de su valor en bolsa, algunos hasta más del 15%.

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Si las medidas de las autoridades estadounidenses y las garantías de los gobiernos europeos sobre la solidez del sistema bancario tras la caída del Silicon Valley Blank (SVB) lograron estabilizar un poco los mercados el martes, la situación continúa siendo frágil.

Pero si Credit Suisse tiene que hacer frente a “problemas existenciales”, son otro tipo de dificultades, en su opinión. “Es realmente demasiado grande para entrar en quiebra”, aseguró.

A diferencia de SVB, el establecimiento suizo forma parte de los treinta bancos internacionales considerados demasiado grandes para que se les deje cer bancarrota, lo cual le impone asimismo una reglamentación más estricta para resistir en caso de sacudidas fuertes.

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Desplome de acciones

Interrogado por Bloomberg TV sobre si el banco saudita podría invertir más dinero, su presidente Amar Al Judairy, afirmó: “La respuesta es absolutamente no, por varias razones cada vez más simples, que son reglamentarias y estatutarias”, declaró.

Las sauditas poseen actualmente 9,8% del banco suizo. “Si superamos el 10%, entran en vigor una serie de nuevas reglas”, explicó.

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Los sauditas se convirtieron en los primeros accionistas de CS durante un aumento de capital en noviembre lanzado para financiar una fuerte reestructuración de la entidad.

La ley suiza prevé que las personas físicas o morales que tienen en un banco, directa o indirectamente, al menos 10% del capital o del derecho de voto tienen que dar “la garantía de que su influencia no es susceptible de ser ejercida en detrimento de una gestión prudente y sana” del establecimiento.

Desde hace dos años, el banco está en dificultades tras la quiebra de la empresa financiera británica Greensill, que marcó el inicio de una serie de escándalos que debilitaron al banco.

Credit Suisse está en la ojo del huracán desde hace meses y, a finales de 2022, tuvo que conseguir 4.000 millones de francos suizos (4.400 millones de dólares), a través de un aumento de capital que permitió la entrada del banco saudita.

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Las pérdidas se produjeron en momentos que los grandes bancos europeos sufrieron feas caídas del ocho por ciento o más, mientras que el suizo Credit Suisse se desplomó casi 30%.

“Parece que cada vez más inversores miran hacia CS (Credit Suisse) como la próxima ficha más probable del dominó en caer”, comentó Neil Wilson, analista de Finalto.

Ansiedad en Nueva York

JPMorgan Chase cayó 4,2%, Citigroup perdió 5,7% y el asediado banco regional First Republic se hundió 15,0%.

El descenso de las acciones marca una reversión de la sesión benigna del martes, en la que los principales índices avanzaron debido a una aparente disminución de la ansiedad sobre el sistema financiero.

“Todavía quedan muchos signos de interrogación con respecto a qué tan mal se pondrá esto”, dijo Adam Sarhan, analista de 50 Park Investments.

“La presión sobre el Credit Suisse ha llegado a un mercado ya muy nervioso”, abundó a la AFP Jane Foley, analista de Rabobank.

“Ya ven la situación: los inversores están en pánico. Es un baño de sangre, por decirlo así”, dijo Fawad Razaqzada, analista de mercados en City Index y FOREX.com.

“La preocupación por otra crisis financiera del estilo de la de 2008-2009 se ha intensificado”, afirmó. (I)