Alza de tarifas para visitar Galápagos podría aliviar presión a servicios básicos de la isla y a sus ecosistemas

En total 329.477 turistas visitaron las islas Galápagos en 2023. Esta cifra representa un récord histórico de arribos y una buena noticia para el sector turístico denominado ‘en tierra’. La otra cara está en el cuidado de su ecosistema.

El turismo en el archipiélago se puede clasificar de dos formas: el realizado en tierra, pues los turistas duermen en las islas, y el navegable, en el cual los visitantes pernoctan en barcos.

Cuando se empezó a desarrollar la industria turística en Galápagos, la actividad se concentraba en el turismo navegable. En 2023, en cambio, el 70 % de los que arribaron se alojaron en tierra.

Para el que viaja al archipiélago, dormir en las islas representa un gasto mucho menor. Mientras que un ticket de crucero puede costar miles de dólares, en la plataforma de alquiler de bienes raíces Airbnb hay habitaciones a precios tan bajos como $ 13 por noche en la isla Santa Cruz.

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Según datos del Parque Nacional Galápagos, el 9 % de la oferta anual de camas en el archipiélago corresponde a plataformas como Airbnb, lo cual representa aproximadamente 240.000 plazas irregulares, pues estas aplicaciones digitales no son sujetas a regulaciones en las islas.

La accesibilidad del turismo basado en tierra, además de la presión que generan los turistas en los ecosistemas playeros y en la limitada infraestructura de servicios básicos del archipiélago, llevaron a los integrantes del Consejo del Gobierno de Régimen Especial de Galápagos a votar a favor de incrementar las tasas de ingreso a las islas tanto para extranjeros como ecuatorianos.

Niels Olsen, titular del Ministerio de Turismo, expresó que votó a favor de la medida (que pasó con cinco votos favorables y cuatro en contra), porque el turismo en masa está afectando al archipiélago.

Así, la tasa se duplicó para extranjeros, al pasar de $ 100 a $ 200. En contraste, el monto para ecuatorianos se quintuplicó, pasó de $ 6 a $ 30.

Santiago Naranjo, concejal urbano del GAD Municipal de Santa Cruz, refiere que el incremento de las tasas ha encontrado resistencia por parte de operadores turísticos en tierra y dueños de negocios que se nutren de las visitas a las islas.

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Incluso, refiere, se han planteado protestar la medida tomada por las autoridades. “Las personas también reclaman que solo las grandes empresas reciben dinero del turismo (...). Siempre ha habido una pelea entre la industria del turismo navegable y el de tierra” en el archipiélago, expresa el funcionario público.

Para conciliar este conflicto y asegurar el desarrollo sostenible del turismo en Galápagos, asegura, hace falta más intervención del Estado.

Sin embargo, Naranjo también reconoce el impacto ambiental que causan los turistas en el archipiélago, además de la presión que generan sobre sus servicios básicos insuficientes. “Justo la otra noche se fue la luz desde las doce hasta las seis″, ejemplifica.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), por ejemplo, el cantón Santa Cruz solo tiene 3,3 % de alcantarillado. La alcaldesa de Santa Cruz, Fanny Cruz, en una entrevista con este Diario en diciembre de 2023, explicó que la situación era peor que lo expresado por los números del INEC y que los habitantes de la isla consumen agua no apta para humanos. Añadió que muchos negocios que atienden a turistas implementan filtros de agua.

Los desechos propios del elevado vaivén de personas también representan un problema. Las tortugas gigantes de la isla Santa Cruz, por ejemplo, consumen plásticos más frecuentemente en zonas con humanos que en áreas protegidas del parque, según un estudio.

Además, otra investigación reciente indicó que los pingüinos de Galápagos, amenazados, consumen microplásticos, pues la red trófica o cadena alimenticia de la que son parte está contaminada.

Reducir el número de turistas podría disminuir el riesgo de introducir especies y enfermedades

Carlos Mena, director de la extensión de Galápagos de la Universidad San Francisco de Quito y experto en geografía y medioambiente, cree que los arribos van a disminuir, pero de forma limitada.

Esto, a su vez, ayudaría a reducir el riesgo permanente de que los visitantes introduzcan especies potencialmente invasoras, que representan uno de los más graves problemas para los animales endémicos del archipiélago, según el experto.

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Una demanda menor de recursos importados desde el continente como comida, agrega Mena, reduciría la probabilidad de introducir “enfermedades, virus, bacterias y microorganismos”.

Antes, para determinar cuántos visitantes podría soportar Galápagos, se manejaba el concepto de la capacidad de carga. Expertos estimaban que 100.000 turistas podían acudir a las islas sin causar daños irreversibles.

Ese número se sobrepasó hace mucho tiempo. Mena apunta que esa capacidad de carga ya no se maneja por la evolución del campo de la ecología, que ahora reconoce que la naturaleza es capaz de absorber shocks externos; esto sumado al clima cambiante y a la acción antropogénica hacen difícil calcular una capacidad de carga.

Además, cada sitio de visita tiene una carga distinta. “Ya no podemos hablar de un solo número”, explica Mena, y agrega que subir las tarifas es un buen primer paso, pero que se debe complementar con otras decisiones.

También se debe mejorar la estructura hotelera, el transporte de alimentos desde el continente y la optimización de las rutas aéreas. “Eso se hace con recursos. La distribución de los fondos de esta tasa que sube debe ser eficaz y rápido. Si no, no tiene sentido que suba”.

Según el portal del Parque Nacional Galápagos (PNG), el 50 % de los ingresos por estas tasas va directamente al PNG. El 25 % va a los GAD municipales, 20 % al Consejo de Gobierno de Galápagos y el 5 % restante a los GAD parroquiales.

De acuerdo con declaraciones de Olsen, el PNG podría percibir $ 40 millones en 2025 con el incremento de las tarifas.

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Mena señala que un mayor número de personas que visitan las islas no es lo más importante para la industria turística, como piensan los “pequeños empresarios e inversionistas”.

“Hay otras variables mucho más importantes”, indica, como el tiempo que se queda un turista. Un turista que se queda pocos días, señala, solo beneficia a las aerolíneas. También se debe analizar cuánto gasta un visitante en actividades sin impacto ambiental, que no produzcan desechos. “Eso es un buen gasto”.

Cruz expone que, según proyecciones del Ministerio de Turismo, no disminuiría el número de visitantes que llegan a las islas. Él cree que “no se reducirá significativamente” la cantidad de turistas en tierra, pero sí subirá la “calidad” de estos.

Sin embargo, la población fluctuante de turistas no es lo único que pone presión en la infraestructura y ecosistemas de Galápagos. El número de personas residentes del archipiélago, según el último censo realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos en 2022, fue de 28.583.

Esto representa un aumento del 21 % respecto del 2010. Galápagos fue una de ocho provincias que registraron un incremento poblacional porcentual mayor al 20 %. (I)