Son 70 días los que lleva detenido Pablo Muentes, exlegislador socialcristiano y procesado por el caso Purga, y de estos, 44 viviendo en la cárcel La Roca, en Guayaquil.
Según su abogado Diego Chimbo, los días de Muentes han sido difíciles en el actual recinto penitenciario de máxima seguridad. Afirma que su salud está descompensada.
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Pablo Muentes fue uno de los doce detenidos durante los allanamientos de la madrugada del pasado 4 de marzo por el caso Purga. Esta investigación se desprende del caso Metástasis y de acuerdo con la Fiscalía General del Estado, involucra a funcionarios del sistema de justicia de Guayas en el presunto delito de delincuencia organizada.
¿Cómo es el amanecer y el anochecer en La Roca?
Muentes tiene 58 años y pasa a oscuras en su celda en la cárcel La Roca. Tiene acceso a la luz del día en los 40 minutos de caminata por jornada, dice su abogado. Es la misma política de la que han hablado otros internos de la prisión de máxima seguridad.
“No le permiten salir de la celda, está en absoluta oscuridad, por eso la mayoría exige que por lo menos le prendan la luz para poder leer y de ahí lo sacan a la caminata de 40 minutos. Es un atropello todo, es una cárcel que se creó para las personas más peligrosas del país y tienen (a) una persona con prisión preventiva”, reclama Chimbo.
Muentes, en su celda, tiene un baño. Se alimenta de la comida que la misma cárcel le provee, y según Chimbo, no es la adecuada por su estado de salud.
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“Es la comida que le dan a todo detenido. Si entrar como abogado es difícil y piensas que van a dejar que entre la dieta de él. Es absolutamente imposible”, indica su defensor, quien vio a Muentes descompensado.
Su última visita fue el pasado 7 de mayo y afirma que Muentes ha perdido 55 libras. “Dos meses en los cuales ha perdido 55 libras. Le sumas a que la persona es hipertensa, puede haber una descompensación que puede terminar en un infarto”, señala Chimbo.
El abogado, además, asegura que el exlegislador tiene dos operaciones bariátricas y lo ha informado al SNAI (Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores). “Yo le he dicho por tercera vez al SNAI que lo eleven a una casa de salud, a un diagnóstico fuerte, porque lo último que me dijo es que tenía una paralización de la mitad de la cara con cosquilleo, entonces ¿qué están esperando?, que le dé una trombosis”, cuestiona.
La familia de Muentes está pendiente del estado de salud, pero Chimbo señala que no pueden hacer más, que los jueces ya tienen copias certificadas de las cirugías a las que anteriormente se había sometido.
Señala que el tiempo que tiene con Muentes lo usa para obtener información. “Yo entro directamente a preguntarle las cosas que se están investigando. No puedo gastar los 40 minutos que tengo. Yo tengo que entrar a decirle ‘hay que hacer ese oficio, explícame’. Es importantísimo el contacto con mi defendido”, indica el abogado y añade que en ese tiempo hay un militar a un metro y medio.
“En las visitas que yo hago estoy con un militar al lado, está escuchando lo que le digo y eso no puede saber, no debe pasar en ninguna parte del mundo. Las conversaciones que se tienen cliente-abogado son privadas por ley y deben ser privadas, y el militar está ahí a metro y medio”, menciona.
Al momento, las únicas visitas que ha recibido Muentes han sido de Chimbo y de otros abogados que pertenecen al estudio jurídico. Trata de asistir una o dos veces al mes: “Es un proceso que se está tramitando en Quito y se llevan a mi cliente a Guayaquil. Yo pierdo un día entero solo yéndolo a visitar 40 minutos”.
El pasado 3 de mayo, Muentes fue llevado de emergencia al hospital Abel Gilbert Pontón por una gran opresión en el pecho, provocada por la hipertensión, según los médicos. Luego fue llevado hacia el Hospital Naval y horas después fue dado de alta y regresado a La Roca.
Nueva investigación
Hace tres semanas el abogado de Muentes presentó un recurso de revisión de medidas y en este mes se realizará esa audiencia. A la par, indica que la Fiscalía está investigando las empresas familiares.
“La Fiscalía está mandando un montón de oficios a investigar a las compañías que tiene la familia. Una comunicación desviada y por ese motivo debo tener comunicación directamente con la familia del señor Muentes acerca de la información que pide la Fiscalía. Yo no entiendo por qué está investigando eso, no tiene nada que ver”, opina su defensor.
Chimbo asimismo asegura que, para defender a Muentes, ha tomado el testimonio de Mayra Salazar como la “columna vertebral” del caso y que tiene pruebas que desmentirían su versión: “Nosotros estamos demostrando que esa señora miente en todo lo que dice. Ya tenemos acreditado casi el 80 % de nuestra investigación y miente en todo”.
El pasado 28 de marzo, Salazar en su testimonio anticipado señaló a Muentes como “traficante de tierras” y relató cómo, gracias a sus influencias en la justicia provincial, pudo obtener sentencias para poner tras las rejas a personas que presuntamente se oponían a sus proyectos, como Julia Quiroga, una mujer indígena de 32 años.
Muentes, desde la celda, ha rechazado las declaraciones de la comunicadora Salazar, procesada por el caso Metástasis y que se encuentra en una Casa de Confianza. Negó el supuesto pago del salario de Salazar como asesora de comunicación de la expresidenta de la Corte de Guayas Fabiola Gallardo.
Según el exlegislador, por estas declaraciones, a las que insiste en describir como “falsas”, se lo acusa de manejar la justicia en Guayas; algo que afirma que no es real. (I)
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