Hay dos caminos para prevenir el contagio con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) si se tiene relaciones sexuales sin preservativo con una o más personas con esta enfermedad considerada crónica.

El primero es la PrEP (profilaxis preexposición). El tratamiento consiste en ingerir una serie de píldoras antes de que la persona tenga relaciones sexuales sin protección o se exponga al virus. Esto es en el marco de la profilaxis, definida como el conjunto de medidas que se toman para proteger o preservar de las enfermedades. En este caso, es la utilización de un fármaco para prevenir infecciones o controlarlas.

‘Yo quería sacármela porque decía: Dios mío, va a venir enferma’: madres con VIH logran que sus hijos nazcan sin la enfermedad

Publicidad

El segundo camino es la PEP (profilaxis posexposición), una serie de pastillas que se toman lo antes posible desde la exposición al VIH.

Ambas píldoras tienen formas específicas de uso y siempre se debe contar con la consulta a un infectólogo para establecer el método más adecuado.

El VIH sí entra al cuerpo, al organismo, pero las píldoras lo bloquean, el virus no se reproduce, asegura Fernando González, infectólogo máster en VIH.

Publicidad

Conocer de estas formas de prevención es imperativo para quienes tienen una sexualidad activa y mantienen relaciones con varias personas, los que se dedican al trabajo sexual y los participantes de las llamadas chemsex, término de origen británico que surge de la fusión de las palabras chems (derivada de chemicals, como alusión a las drogas) y sex (sexo).

Su principal característica es el consumo de drogas con fines sexuales, dando lugar a largas sesiones de sexo que pueden prolongarse durante horas o días.

Publicidad

Los participantes de estas orgías con estupefacientes, asociadas al colectivo homosexual, recurren al consumo de drogas psicoactivas para potenciar los encuentros sexuales. Están vinculadas generalmente a los hombres homosexuales y su auge se deriva del uso de aplicaciones (app) para ligar como grindr y las redes sociales. En Ecuador, las chemsex (o sexdopaje) también acogen el nombre de darkroom o cuarto oscuro.

González afirma que la finalidad es prevenir la transmisión del VIH y que la eficacia de ambos caminos es del 99 % cuando se toma según las indicaciones.⁣⁣

Sin embargo, la PrEP y PEP no sustituyen al uso del preservativo o condón, ya que no previenen de infecciones de transmisión sexual como la sífilis, hepatitis B y C, gonorrea, virus de papiloma humano (VPH), entre otras, advierte el epidemiólogo Daniel Garzón.

“Una de las cosas fundamentales es que la PrEP y PEP solo previenen el VIH. Hay un montón más que son potencialmente letales como la hepatitis C, un alto porcentaje de los que la padecen termina en cirrosis al hígado. Hay tratamiento, pero es costoso. También está la hepatitis B, que si bien hay vacuna pero no todos la tienen. Hay aumentos por exposición a gonorrea, clamidia, sífilis que no cubren estas píldoras. Entonces hay cierta evidencia y uno de los peligros es que la gente se confíe demasiado. Los preservativos siguen siendo extremadamente importantes para prevenir las enfermedades de transmisión sexual (ETS)”, asegura Garzón.

Publicidad

Además, si hay consumo de drogas, la eficacia de la PrEP se reduce a un 75 %, añade Garzón.

La red pública de salud dispone de ambas píldoras. Incluso, agrega, existe el kit púrpura que incluye la PEP y se da a las personas que sufrieron una violación sexual, como una manera de prevención.

El tratamiento se ofrece en las denominadas como Unidades de Atención Integral (UAI), que son los servicios de VIH en los hospitales públicos.

Reportan curación de paciente con VIH gracias a trasplante de células madre

En la red privada también están disponibles en las farmacias de especialidades. Cada frasco con 30 pastillas cuesta entre 100 dólares y 350 dólares, según el fármaco que se emplee.

¿Quiénes deben tomar PrEP?

Las personas que están expuestas al VIH o que corren más riesgo de contraerlo, porque se dedican al trabajo sexual o son activas sexualmente con varias parejas de manera simultánea, afirma González.

Hay dos maneras de tomar PrEP. La una es ingiriendo siempre una pastilla al día. La segunda es tener el tratamiento solo cuando la persona está en riesgo de contraer el VIH, lo que se conoce como uso intermitente de la PrEP.⁣

⁣El régimen estudiado se denomina 2-1-1, que implica tomar dos pastillas, entre 2 y 24 horas antes de tener relaciones sexuales, una pastilla 24 horas después de la primera dosis y una pastilla 24 horas después de la segunda dosis. “La evidencia científica indica que este régimen provee protección eficaz. Hay que tomar mínimo tres días previos a las relaciones sexuales en las que se podría estar expuesto al VIH.”, afirma González. ⁣

‘Me están dejando morir’: portador de VIH demanda al Estado porque en tres hospitales le negaron un trasplante de riñón argumentando falta de protocolos

Para prevenir eficazmente la infección por el VIH, la PrEP debe tomarse todos los días durante siete días para la exposición anal y 20 días consecutivos antes de la exposición vaginal o de riesgo de drogas inyectables. ⁣

“Lo mejor es tomarla a la misma hora cada día para que se convierta en parte de una rutina diaria, es el método que más se recomienda porque es el más fiable y genera una protección superior al 99 %”, manifiesta González.

¿En qué circunstancias se toma PEP?

La PEP reduce el chance de contagiarse de VIH si se tuvo relaciones sexuales con una persona que tiene esta enfermedad.

El tratamiento consiste en tomarla todos los días durante 28 días.⁣

“Lo importante aquí es que debe tomarse dentro de las 72 horas, es decir, hasta tres días después de haberse expuesto al VIH, de lo contrario no funcionará. Cuanto antes se empiece, mejor funcionará, cada hora que pasa hace la diferencia”, dice González⁣⁣.

Debe tomarse cuando durante las relaciones sexuales se rompe el condón, al compartir agujas, jeringas u otros implementos para la inyección de drogas o⁣ tras una agresión sexual.

La PrEP y PEP no libra de otras enfermedades de transmisión sexual

El uso de estas píldoras no da carta blanca a mantener relaciones sexuales sin el uso de preservativos, ya que en la práctica sin protección se pueden contraer otras enfermedades de transmisión sexual (ETS). ⁣

El riesgo está incluso cuando no hay el acto sexual completo, ya que algunas de estas enfermedades, como el herpes y el VPH, se propagan por el contacto de piel a piel.⁣

En las reuniones o fiestas de sexo con drogas (chemsex) sube la probabilidad de contraer ETS. “Estas suelen durar de 2 a 3 días. Allí se tiene relaciones con quien te permita. Los anuncios los suben a los portales”, afirma González.

“Cuando las chemsex duran varios días, también es recomendable tomar una píldora diaria todos los días que dure ya que se sigue teniendo relaciones sexuales de riesgo”, acota.

La PrEP puede causar efectos secundarios, como náuseas. Sin embargo, no son graves y, por lo general, desaparecen con el tiempo. “Todos los fármacos tienen efectos secundarios. En este caso son mínimos y manejables, hay que estar en control para ver cómo está el riñón, el hígado”.

Hay tratamientos post exposición para otras enfermedades venéreas que son producidas por bacterias y parásitos que pueden frenarse con antibióticos.

⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣⁣¿Cómo las ‘chemsex’ son un riesgo para contraer enfermedades venéreas?

“En el contexto del chemsex es habitual que se practique sexo sin condón con diferentes parejas sexuales. Esto aumenta el riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS), como el VIH y la hepatitis C”, indica un informe del Ministerio de Sanidad de España sobre esta práctica.

Uno de los riesgos es que algunos de los tratamientos para el VIH pueden interactuar con ciertas drogas utilizadas en el chemsex, modificando la manera en que se metabolizan y dando lugar a un aumento de la concentración en el organismo de estas y, por lo tanto, de su toxicidad, lo que puede producir potencialmente una sobredosis, agrega el documento.

“Por otra parte, el uso de determinadas drogas puede afectar a la percepción del riesgo, alterando la capacidad para proteger la propia salud o la de los demás. Todas las evidencias científicas apuntan a que el chemsex es más frecuente entre los hombres gais que viven con el VIH. Aunque alguien reciba un tratamiento efectivo para eliminar la hepatitis C, puede volver a contraer el virus si mantiene prácticas de riesgo, y muy especialmente con el uso inyectado de drogas”, indica este informe.

En estas fiestas que combinan químicos con sexo, dice Garzón, hay el consumo de drogas sintéticas que son alucinógenas como éxtasis, metanfetamina y ketamina y otros productos. “Estas pueden tener sus efectos. Hay problemas de sobredosis y muertes por la mezcla de drogas con la práctica sexual”. (I)