El ECU911 registró 1.015 llamadas de emergencia por secuestros de enero a julio de 2024. En el mismo periodo de 2023, la cifra llegó a 393. Esto representa un notable aumento, en contraste con el discurso oficialista de una reducción en los índices de inseguridad.

Los secuestros generalmente se dan de dos formas: la víctima es interceptada mientras camina por la vía pública o es bajada de su auto mientras conduce. Darío Bucheli, experto en seguridad, señala que estas situaciones se denominan costuras: la ventana de tiempo que le toma a la víctima llegar de un punto A a un punto B.

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Una costura podría ser el viaje desde y hacia el trabajo por la mañana y por las tardes; la ruta para ir a dejar a los hijos a instituciones educativas; el camino a hacer las compras para la semana; en resumen, cualquier desplazamiento rutinario.

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Los secuestradores estudian a sus posibles víctimas

Para determinar cuándo y dónde se dan estas costuras en la rutina de una víctima, aquellos que se dedican al secuestro extorsivo siempre estudian a la posible víctima, agrega Bucheli.

Primero analizan la situación financiera de la persona. Para esto no dependen necesariamente de una vigilancia física: las redes sociales también les sirven.

“Lo que uno tiene que hacer es exponerse lo menos posible, darle la menor cantidad de herramientas al secuestrador o al extorsionador para que llegue hacia mí. Si yo subo (a mis redes) logos del colegio de mi hijo, los lugares a donde voy a comer, donde vacaciono, les estoy dando herramientas (...). Los ‘muñequitos de la abundancia’ son víctimas ideales, que andan subiendo todo lo que comen, todo lo que viajen, todos los lugares adonde van”, explica Bucheli.

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Antes de un secuestro, añade Bucheli, casi siempre existe una puesta en escena, un intento previo, para medir hasta dónde pueden llegar.

Jorge Villacreses concuerda con Bucheli en mantener un perfil bajo en cuanto a rutinas, finanzas y demás asuntos personales en redes sociales. En el momento de recibir llamadas de números desconocidos, además, explica que no se debe confirmar en seguida su identidad, sino confirmar la de la persona que llama.

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¿Qué hacer antes y durante un secuestro?

Bucheli destaca que se deben reconocer siempre tres tipos de ubicaciones clave mientras se maneja:

  • Los puntos donde uno se debe detener por obligación y donde es más probable ser atacado, como semáforos e intersecciones.
  • Lugares donde es posible que otras personas lo auxilien o llamen a la policía, como la garita de un condominio o una gasolinera.

En caso de que los delincuentes intenten abordar a la víctima, Bucheli no recomienda poner resistencia (particularmente si están armados), a menos que se tenga la total certeza de ganar la confrontación o de poder escapar.

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Una vez que los secuestradores logren meter a la víctima al vehículo de escape, es imperativo recordar que los delincuentes están en un estado de alteración, lo cual los vuelve peligrosos. No se recomienda hacer contacto visual ni hacer ofrecimientos monetarios, pues utilizarán la oportunidad para sacar más información personal y refinar la extorsión.

“Es mejor quedarse callado, no hacer contacto visual y esperar a que la Unidad Antisecuestros y Extorsión haga su trabajo. Mientras más tiempo pase es mejor para ellos, porque así logran triangular la ubicación de la víctima”, dice Bucheli.

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Villacreses, por su parte, añade que es importante mostrarse colaborativo con los criminales, pues podrían cometer actos violentos de lo contrario. Además, se debe intentar persuadirlos de que no se poseen bienes ni dinero.

“El primer paso es mantener la calma, evitar el pánico, estar sumisos”, indica Villacreses. “Hay que seguir indicaciones (...) y persuadirlos”, expresa Villacreses.

Agrega que una medida efectiva antes de un secuestro es desarrollar el hábito de compartir la ubicación en tiempo real con familiares, lo cual podría ayudar a las autoridades a determinar dónde está la víctima. Existen distintas aplicaciones que pueden ayudar a este fin.

En el caso de empresarios, continúa Villacreses, también es aconsejable realizar un chequeo previo del historial de posibles contrataciones, y limitar la información que se da a conocer a colaboradores. (I)