Uno de los bocaditos que vende la brasileña Lenine Fernandes Dib en su local de comida brasileña Río Snacks encapsula perfectamente su vida los últimos 14 años: la coxinha con encocado de camarón, un tradicional bocado frito brasileño combinado con el clásico platillo esmeraldeño.

Lenine, nacida en Brasilia, se casó con su esposo ecuatoriano hace catorce años. Se conocieron en Brasil, y se casaron poco después. Vinieron a vivir a Guayaquil casi inmediatamente tras casarse. Ahora tienen una hija de 10 años, nacida en el Puerto Principal, pero que habla muy bien el portugués.

“Las coxinhas de verde con encocado son un homenaje al lugar que me ha acogido con bastante cariño. En Brasil no tenemos costumbre de comer el verde de esa manera”, dice Lenine.

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Cuenta que se enamoró de la ciudad desde que llegó, particularmente de su gente y de su comida. No tuvo mayor shock cultural, como es común en migrantes de otras partes del mundo, porque explica que el ecuatoriano es similar al brasileño: amable y alegre. La actitud de los guayaquileños, indica, la hizo sentir como en casa de inmediato.

“Me enamoró mucho la gente (de Guayaquil), son muy amables. Nunca he tenido problemas por ser extranjera, siempre fueron muy acogedores”, indica.

No obstante, señala que sí fue difícil dejar a su familia en Brasilia, pero con el tiempo fue acostumbrándose a la distancia.

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Según el último censo poblacional realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos, 1.298 brasileños viven en Ecuador. Esto se refleja en la poca oferta de gastronomía brasileña disponible en Guayaquil, señala Lenine, aunque dice que tiene amigos brasileños con emprendimientos de comida, como el suyo.

Un plato mixto de bocaditos como boliñas y caxinhas. Foto: Alexandra Casulo

Aunque hay pocos brasileños en la ciudad, tiene compatriotas que son clientes, quienes siempre le recalcan a Lenine que el sabor de sus bocados los lleva momentáneamente de vuelta a Brasil.

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La cocina, recalca, fue una costumbre que le enseñó su madre, quien vive con ella en Ecuador.

“Yo siempre hacía comida para reuniones familiares y fiestas. La gente me decía ‘Lenine, estás en el negocio equivocado’. En septiembre empecé, traje maquinarias de Brasil y la demanda fue muy alta, tan alta que tuvimos que inaugurar un local, está desde abril”.

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Lenine sirve una variedad de bocados, como coxinha, un bocado de masa frita, con forma similar a una gota, que viene con distintas opciones de relleno, como pollo, costilla ahumada, encocado de camarón; también venden pan de yuca brasileño, que se diferencia del ecuatoriano por tener más relleno de queso dentro; kippes al estilo brasileño, con carne molida o queso dentro; las esfijas, una masa en forma de disco con diferentes toppings y dulces, como churros en forma de bola y brigadeiros de coco y chocolate.

También venden yogur, açaí y bebidas. Planean expandir el menú próximamente.

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Una particularidad de sus bocaditos es la uniformidad en su forma: esto se debe a las máquinas que Lenine importó desde Brasil, que le dan la misma forma a todos los productos.

Brigadeiros y churros. Foto: Alexandra Casulo

La gastronomía ecuatoriana también le encanta el encebollado, el cebiche y los cangrejos.

Si bien sigue amando la ciudad, pues es donde ha echado sus raíces, señala que la inseguridad es un tema latente. A pesar de eso decidió emprender: parte de la decisión original de vivir en Guayaquil fue por las oportunidades económicas que ofrece en comparación al resto del país.

“Guayaquil es una ciudad de sueños. Uno puede venir aquí y realizar sus sueños”, expresa. (I)