El número de mujeres en edad de trabajar en Ecuador llega a 6′753.652, según los últimos cálculos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), correspondientes a junio pasado. En este grupo etario se considera a las personas mayores de 15 años de edad.

El 54 % de ese total conforman la Población Económicamente Activa (PEA), que son las personas que tienen empleo o lo buscan. Este porcentaje representa a 3′636.375 mujeres.

La realidad actual es que hay 3′117.277 mujeres en edad de trabajar que son parte de la Población Económicamente Inactiva, conformada por las personas que no tienen empleo y que no lo buscan (estudiantes, jubilados).

“Aquellas personas que durante la semana de referencia (de la encuesta) no trabajan y no están disponibles para trabajar”, como lo define el organismo oficial de cifras.

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Es un porcentaje que no ha variado, al menos desde 2008, según la base de datos histórica del INEC.

En junio de ese año el 56 % de las mujeres en edad de trabajar eran parte de la PEA, una reducción de dos puntos.

El acceso al mercado laboral y las oportunidades de trabajo serán parte de los temas que se tratarán en el foro ‘Mujeres que rompen paradigmas’, que se realizará el 28 de agosto de 2024 a las 10:00 en la Universidad Espíritu Santo (UESS).

No hay un avance significativo en las últimas décadas sobre la participación femenina en el mercado laboral.

La analista económica y profesora de la Universidad Espíritu Santo Paola Ycaza Oneto indica que la situación se da pese a que hay más mujeres en la educación superior.

Las últimas cifras publicadas por la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) indican que en las instituciones de educación superior o universidades del país se matricularon 444.415 mujeres y 348.115 hombres en 2022.

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Un primer factor, dice, se debe a que la responsabilidad del hogar recae en las mujeres. Y un segundo factor es que estudian carreras saturadas. Por cada mujer que cursa una carrera de ciencia y tecnología hay cuatro hombres.

“Es una pena que más mujeres no puedan contribuir al crecimiento económico. Hay la creencia de que ciertos trabajos son solo para hombres. Mientras no se visibilice que las mujeres también pueden hacer una aplicación, esto no cambiará. Ahora con la inteligencia artificial existe un universo amplio de opciones”.

En dos ámbitos se evidencia una mayor presencia de hombres en el mercado laboral, que son el académico y el sector de ciencia y tecnología, afirma Ycaza.

“La academia debería ser una carrera que la mujer pueda ejercer sin mayor problema, pero es raro y siempre allí se topan con el techo del que se habla mucho en el que una mujer pueda llegar a ser rector, canciller o incluso decano. Podríamos hablar incluso de la masculinización de esa carrera en específico. En el caso de Guayaquil, casi todos los rectores son varones con excepciones como Cecilia Paredes, que es rectora de la Espol (Escuela Superior Politécnica del Litoral)”.

Uno de los objetivos debería ser que la presencia mayoritaria de las mujeres en las aulas universitarias se refleje también en la PEA y en el mercado laboral del país.

“He sido profesora de materias que son transversales a todas las carreras y en medicina se ve a las mujeres doctoras o se quedan en enfermería, pocas logran especializarse. No logran conciliar con el trabajo en el hogar y eso hace que se estanquen”.

Pese a que hay menos mujeres en el mercado laboral como parte de la PEA, hay meses de la estadística laboral en el que hay más mujeres desempleadas que hombres.

Las de junio evidencian que en el país hay 135.641 desempleadas, lo que representa el 49,5 % del total de desempleados. (I)

La dificultad de conciliar el trabajo del hogar y la familia, que recae principalmente en las mujeres, con el trabajo y una mala elección de la carrera universitaria influye para que haya un avance lento de la presencia de la mujer en la PEA, dice Ycaza.

“En algunos casos la mujer elige ser la cirujana, la que trasplanta y en la academia llegar a ser decana, pero pasa mucho que la misma sociedad no escoge a las mujeres. Es por el temor también de que la mujer está en edad fértil de reproducirse, lo que frena a los empleadores. Esto es una lástima porque quita oportunidades”.

La tasa de desempleo de las mujeres ha sido históricamente superior a la de los hombres. En junio pasado fue del 3,7 % y la de ellos registró 2,7 %.