El pasado 25 de marzo se registró el robo de 24 vehículos en una concesionaria de autos en Quito. Los custodios fueron maniatados y les quitaron 24 llaves de vehículos que estaban en la concesionaria. La banda sacó uno por uno los carros, mientras tanto, los guardias eran amedrentados por los ladrones.

La Policía ha logrado recuperar, hasta el momento, 22 de los autos. Por las condiciones en las que se dio el atraco se lo ha catalogado como de “película de acción”.

Secuestros, extorsiones y bombazos: ¿situación de inseguridad de Ecuador es como la que vivió Colombia en los 80 con Pablo Escobar?

Sin embargo, no es la primera vez que se comete un acto ilícito en el país con estas características. A través de la historia los delincuentes han utilizado una combinación de fuerza e ingenio para cometer sus fechorías. EL UNIVERSO ha recopilado algunos de estos acontecimientos delictivos.

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Comando de 25 guerrilleros sustrajeron gran cantidad de armas de un rastrillo policial

El 12 de marzo de 1985 un comando formado por 25 hombres, miembros de los grupos guerrilleros Alfaro Vive Carajo y M19, se sustrajeron una gran cantidad de armas del rastrillo de la Policía en la ciudad de Quito. El grupo llegó en horas de la madrugada vestidos con uniformes de la Policía y transportados en varios vehículos blazers parecidas a las que usaba la fuerza pública en aquella época por lo que al salir del rastrillo no despertaron sospechas y el robo se realizó sin violencia.

El número exacto de armas sustraídas jamás fue revelado, pero datos extraoficiales consideraron entre 1.500 a 1.800. Una parte de las armas con sus municiones fueron destinadas a Colombia y 600 quedaron en Ecuador de las cuales fueron recuperadas 350.

Entre las armas sustraídas se encontraban carabinas marca Rugger, revólveres marca Smith & Wesson.

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Los grupos Alfaro Vive Carajo y M19 causaron temor en Ecuador.

46 millones de sucres en joyas se sustrajeron del Monte de Piedad

Delincuentes perpetraron un asalto al local del Monte de Piedad del IESS, sustrayendo lotes de joyas valoradas en 45′790.000 sucres (Ecuador no estaba dolarizado). El asalto se produjo a tempranas horas de la mañana del 23 de diciembre de 1999, cuando los asaltantes se hicieron pasar por clientes de la entidad. Una vez en la columna, sacaron armas de grueso calibre y se dirigieron a la bóveda donde se sustrajeron las alhajas y fugaron en una camioneta doble cabina color azul, y en un taxi.

Las investigaciones policiales sobre el asalto permitieron descubrir que la misma banda fue responsable de otros tres atracos: a un carro blindado y agencias de Produbanco y Servipagos.

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El 6 de enero del 2000 durante un operativo realizado por la Policía se logró recuperar parte de un lote de joyas y capturar a varios de los implicados en el robo. Para finales de ese mes la mayoría de los asaltantes ya había sido capturado.

Robaron Acta de la Independencia de Guayaquil

Un grupo de personas se sustrajeron el Acta de la Independencia de Guayaquil de la galería de los Próceres, del Museo Municipal. Quienes se llevaron el documento evadieron controles de nueve empleados de turno. Según estimaciones del director del museo, Melvin Hoyos, el registro histórico se esfumó entre las 15:30 y 16:00 del 8 de mayo de 2002.

El acta desaparecida era la original que contiene, en letra manuscrita, el decreto por el cual Guayaquil declaró su independencia un 9 de Octubre de 1820. Veintiún personas constaban en la lista de sospechosos, entre ellos dos extranjeros.

El 10 de mayo el matemático Juan José Illingworth es detenido dentro de las investigaciones, ese mismo día el autodenominado Movimiento Guayaquil Independiente se atribuyó el robo mediante carta y video enviados a los medios de comunicación. El acta fue devuelta el 16 de mayo.

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El Acta de la Independencia de Guayaquil fue sustraída. Foto: Archivo

Ladrones perforaron hoyo para robar joyería

El 6 de mayo de 2005, delincuentes realizaron un hoyo de más de 50 centimetros desde una casa abandonada para sustraer un monto superior a los 130.000 dólares de la joyería Rommy, ubicada en el centro de Guayaquil. Según testimonios de los perjudicados, después de romper la pared, los asaltantes eludieron los sensores de la alarma. Se presume que estos conocían la estructura del local, porque se dirigieron directamente hacia el cerebro de la alarma que estaba en el baño y la desconectaron sin activarla.

Los hampones, luego de eliminar la alarma, utilizaron equipos de soldadura autógena para romper el candado y la cerradura con combinación de la caja fuerte. Se llevaron todas las joyas y el dinero guardado. En el lugar los perjudicados encontraron un tanque de oxígeno con el que presumen rompieron la caja fuerte y un desarmador con el que desconectaron el sistema de alarma.

Compraron terreno frente a banco, perforaron un túnel y asaltaron bóveda de la entidad bancaria

Delincuentes cavaron un túnel de más de 100 metros de longitud con un metro de ancho y apoyados con un aparato para perforar tierra (topo) y tres compresores de aire ingresaron a la bóveda de un banco ubicado en Portoviejo. Los delincuentes con pasamontañas empezaron a trabajar en horas en que empleados de la empresa de agua potable realizaban el reemplazo de una tubería en las calles Olmedo, Colón y Bolívar, en Portoviejo. El atraco se realizó el 6 de mayo de 2005.

Entre los delincuentes había un experto en el manejo de suelos y alguien que tenía información exacta de la ubicación de la caja fuerte del banco.

Una vez que llegan hasta el suelo de la bóveda, procedieron a romperla y acceden para sustraer una cantidad aproximada de 600.000 dólares en billetes de baja denominación.

Más de 20 carros fueron robados en una concesionaria de Quito

Los ladrones cuando finalizaron el robo esparcieron gran cantidad de agua para tapar el túnel y evitar ser localizados. Los hampones adquirieron previamente, a nombre de otra persona, un terreno baldío frente a la entidad bancaria, cerraron el área con portones y desde allí construyeron el túnel.

Atracaron usando máscaras de Scary Movie y se llevaron $56.000

Cuatro antisociales que cubrían sus rostros con antifaces de uno de los personajes de la película Scary Movie asaltaron la sucursal de un banco de Manabí, ubicado en el centro de Guayaquil, llevándose un botín de $56.000.

El hecho se cometió a las 17:40 del 29 de otubre de 2012 cuando los ladrones ingresaron a la agencia bancaria ubicada en las calles Baquerizo Moreno 1110, entre 9 de Octubre y P. Icaza, y sacaron sus armas de fuego para amenazar a los clientes y empleados.

Según testigos, los delincuentes bajo amenazas obligaron a la jefa de la agencia bancaria a que abriera la caja fuerte para apoderarse de un botín estimado en 56.000 dólares.

En un contexto donde los robos en Ecuador se realizan, en su gran mayoría, con violencia, este tipo de hechos se puede considerar que salen de lo “común”. En 2021, según Fiscalía, se denunciaron 25.389, pero a agosto de 2022 este delito superó las 50.000 denuncias.

Para Julio César Cueva, abogado penalista, los delincuentes cada vez más están “innovando” sus métodos para cometer delitos. Resalta, por ejemplo, que se hayan enviado cápsulas detonantes en USB para intimidar a periodistas y medios de comunicación o que, a su vez, inviertan en herramientas para excavar túneles o equipos para atracar cajeros automáticos.

“La verdad parece que los delincuentes están viendo muchas narcoseries de Netflix. Muchas cosas que veíamos imposibles que se presentaban en esas series las estamos viendo”.

En tanto, Jorge Villacreses, experto en seguridad, afirma que se ve poca o nula respuesta por parte de la autoridad pública frente a la tecnificación de los delincuentes. Indica que incluso en el armamento que manejan los grupos delictivos y la Policía Nacional hay grandes diferencias: “Mientras los delincuentes andan con autos blindados, los policías ni patrulleros tienen”.

El experto concuerda en que se debe investigar esta evolución delictiva y en especial de dónde están saliendo los recursos para invertir en maquinarias y tecnologías que les permiten realizar grandes atracos. Esto queda aún más claro si se analiza cómo han evolucionado los métodos delictivos con el transcurrir de los años. (I)