Desde enero de 2022, más de 80.000 ecuatorianos han cruzado la ruta migratoria irregular de la selva del Darién, que conecta Panamá con Colombia, según la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW).

En su último informe respecto a esta crisis humanitaria, HRW detalla evidencias de que la imposición de visas para ecuatorianos en países centroamericanos ha resultado en un incremento de personas que atraviesan la selva, exponiéndose a la naturaleza, extorsiones, violencia sexual y demás atropellos. También dieron cuenta de los abusos que sufren los migrantes que cruzan la selva a manos de bandas narcodelictivas.

Ecuatoriano desapareció en el Tapón del Darién, una persona que viajaba en su grupo llamó a su madre para informarle que habría fallecido

En entrevista con Diario EL UNIVERSO, Juan Pappier, subdirector de la División de las Américas de HRW, habló sobre el efecto de las políticas migratorias restrictivas, como las imposiciones de visado, y la dinámica criminal distinta que existe del lado colombiano del trayecto y la que se desarrolla en el panameño, además del papel del Gobierno colombiano en alivianar la crisis.

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¿Cómo ha afectado la imposición de visados a los ecuatorianos que salen del país?

Los datos analizados en nuestro informe sugieren de forma clara que los requisitos de visado impuestos por México y Centroamérica son uno de los factores que contribuyen al aumento de migrantes que cruzan el Darién. En el pasado, un gran número de venezolanos y ecuatorianos, con mucho esfuerzo, volaba a estos países para luego solicitar asilo en los Estados Unidos. La imposición de visado a ecuatorianos en México, en septiembre de 2021, coincidió con un aumento en el número de ecuatorianos que cruzaron el Tapón del Darién y, posteriormente, un aumento en el número de ecuatorianos aprehendidos en México y en la frontera entre Estados Unidos y México. Lo mismo ocurrió con los requisitos de visado para venezolanos a partir de comienzos de 2022. Es decir, esta restricción a la movilidad ha expuesto a más y más personas a los peligros e inclemencias de la selva.

¿Qué acciones deberían tomar los Gobiernos que han impuesto requisitos de visado?

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Los Estados deberían revertir las medidas que impiden en la práctica el acceso al asilo y empujan a las personas a tomar caminos peligrosos, como es el Tapón del Darién. Pero además tenemos que enfrentar el desafío de forma regional. El año próximo se cumplen 40 años de la Declaración de Cartagena, un instrumento jurídico histórico sobre derechos de los refugiados en la región. Esperamos que sea una oportunidad para desarrollar un nuevo andamiaje jurídico que esté a la altura de los desafíos actuales. Necesitamos avanzar hacia un mecanismo regional que permita distribuir de forma justa y razonable la carga de atender a los solicitantes de asilo en la región. Y tenemos que establecer estatutos temporales de protección regionales y adoptar medidas mucho más firmes para enfrentar la xenofobia creciente en varios países de la región. Hemos pasado de tener 7 a 15 millones de migrantes; eso requiere esfuerzos mucho mayores y mucho más coordinados de los que existen hasta ahora.

TikTok es una de las fuentes de información sobre la ruta migratoria del Darién: ecuatorianos registran en videos sus viajes

Sobre el rol del Gobierno colombiano en el manejo de la crisis...

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El desafío es regional, pero Colombia no puede lavarse las manos. En el lado colombiano del Darién, en el Urabá, el Clan del Golfo impone las reglas y, según la información de inteligencia militar que hemos conocido, el Clan del Golfo obtiene en promedio 125 dólares por cada migrante o solicitante de asilo que cruza la selva. Si esta estimación es correcta, el Clan se habría lucrado con cerca de 57 millones de dólares en lo que va del año gracias a su control de flujos migratorios. Este grupo controla violentamente a la población, extorsiona y comete graves abusos. Es una situación que Colombia no puede normalizar y que debe enfrentar con una política de seguridad sólida para buscar desmantelar a esta organización criminal, enfrentando sus fuentes de financiamiento y la corrupción que le permite prosperar en la región.

¿A qué se debe que el trayecto del lado panameño sea más peligroso que la parte del viaje por la selva que se realiza en territorio colombiano?

Lo que hemos documentado es que los grupos criminales y bandas que operan en el Darién tienen distintas formas de lucrarse del tráfico de migrantes. En el lado colombiano, el Clan del Golfo extorsiona a quienes se benefician de la migración e impone su orden criminal para evitar que un aumento en la violencia llame la atención de las fuerzas de seguridad. En cambio, en Panamá operan bandas de delincuentes que roban, matan y abusan sexualmente de los migrantes. Son bandas que operan con una impunidad casi total y que se lucran de los migrantes vulnerables que cruzan la selva con lo poco que han podido ahorrar o recibido de sus familiares.

Aparte de los requisitos de visado, ¿qué otros factores influyen en el incremento de personas que intentan atravesar el Darién?

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La situación en el Tapón del Darién es reflejo de problemas graves de derechos humanos en nuestra región.

En primer lugar, de las crisis de derechos humanos que obligan a decenas de miles de personas a abandonar sus países de origen. En lo que van del año, más de 290.000 venezolanos han cruzado el Tapón del Darién. Son personas que huyen de una grave emergencia humanitaria, que ha limitado el acceso a alimento y medicinas, y de los abusos y la persecución por parte de las fuerzas de seguridad, grupos armados y pandillas. En número, les siguen los ecuatorianos, con más de 50.000 personas que han cruzado la selva. Los ecuatorianos que entrevistamos nos dijeron que se iban de su país por la falta de oportunidades y por el aumento de la violencia, que ha estado marcada por tasas de homicidio y extorsión sin precedentes. Y más de 40.000 haitianos han cruzado la selva en lo que va del año. Se trata en su mayoría de personas que intentaron rehacer su vida en Sudamérica, en especial en Chile y Brasil, pero no lograron regularizar su estatus o tenían trabajos que les pagaban muy poco. Hay que entender que muchos de ellos sienten una obligación familiar muy fuerte de enviar dinero a sus familiares que viven una crisis de seguridad y humanitaria cada vez más severa en Haití.

Estafadores timan a ecuatorianos que buscan información para migrar a Estados Unidos en TikTok, Instagram y Facebook

En segundo lugar, la crisis en el Darién es reflejo de políticas migratorias insuficientes y, en algunos casos, francamente fallidas. Como mencioné en relación con los haitianos, buena parte de las personas que cruzan el Darién habían intentado reubicarse en Sudamérica, pero cada vez existen menos vías para regularizar el estatus legal de migrantes y cada vez es mayor la discriminación y xenofobia en varios países de la región. Tenemos que hacer mucho más, con apoyo de la comunidad internacional, para integrar a migrantes venezolanos y haitianos en Sudamérica. (I)