El linfoma es cáncer de la sangre, específicamente de los glóbulos blancos, las células que ayudan a combatir las infecciones. Los especialistas denominan a estas células blancas como linfocitos que viajan por la sangre y hacen parada en el sistema linfático, especialmente en los ganglios, explica el oncólogo hematólogo Carlos Plaza, especialista del hospital Solca (Sociedad de Lucha Contra el Cáncer) Guayaquil, que trata estos casos.

De ahí que los síntomas más comunes sean el crecimiento de ganglios o adenopatías que usualmente son indoloras y aparecen frecuentemente en la parte cervical del cuello, axilar o inguinal.

Otra sintomatología ya menos específica es aumento de temperatura, fiebres recurrentes, sudoración excesiva en general por las noches, pérdida de peso injustificada, de apetito y energía.

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“Son cosas más inespecíficas pero que en un conjunto ayudan a nosotros los médicos a diagnosticar este tipo de cáncer”, afirma Plaza en entrevista con EL UNIVERSO a propósito del Día Mundial del Linfoma, que se conmemora el 15 de septiembre de cada año.

Un estudio publicado en 2019 en el que se analizaron los casos nuevos registrados en el hospital Solca Guayaquil indica que el cáncer en el tejido linfático, órganos hematopoyéticos y tejidos afines fue el segundo de mayor incidencia en la población general, después del de mama, con un total de 2.549 casos de 18.805 personas diagnosticadas en el periodo 2013-2017.

El linfoma es un tipo de cáncer del sistema linfático. Es más prevalente en el grupo de personas que tiene entre 50 y 70 años de edad. Y el tratamiento incluye quimioterapia, medicamentos de inmunoterapia, radioterapia o un trasplante de médula ósea.

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¿Qué factores puede causar el cáncer de la sangre?

Hoy en día no tenemos causas claras de por qué aparecen los linfomas. Sabemos que hay factores de riesgo, personas que han recibido radiación por tratamiento con radioterapia, incluso las que se han atendido por otros cánceres. Si hay un aumento discreto de incidencia entre familias que suelen tener estos problemas, aún no se ha podido encontrar un componente genético hereditario, más bien se piensa que tiene que ver con el ambiente donde se vive, son personas expuestas a los mismos químicos en el aire o en el agua. Se piensa que tiene que ver con una familia que vive en el campo y habitan en la misma casa, están todos expuestos a los pesticidas en el trabajo agrícola o a la misma agua que llega contaminada.

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¿Cómo estos factores externos provocan los linfomas?

Hay más de 80 tipos de linfomas, todos tienen sus características distintas y hasta pronóstico y tratamiento propio. Estas células linfocitos, que pueden ser B o T, en varios momentos de su vida sufren cambios para podernos ayudar a combatir infecciones. Es en alguno de esos momentos que sufre una mutación que la convierte en una célula cancerígena, que va a llevar a que se divida con mayor rapidez y sobreviva a mecanismos de muerte celular programada (la mutación le dice a la célula que se multiplique rápidamente, y se crean muchos linfocitos enfermos que continúan multiplicándose. También permite que las células sigan viviendo cuando otras células normales morirían). Ese cambio a una célula maligna es lo que usualmente ocurre cuando estamos expuestos a todos estos factores, pero es muy difícil definir este tipo de cosas porque también ocurre en la población que no está expuesta a nada. Todos estos factores de riesgo son hipótesis, todavía no tenemos claro que el agua de Santo Domingo tiene problemas o la de Santa Elena, es una hipótesis que tenemos porque vemos mayor incidencia en zonas, pero al día de hoy no hemos podido demostrar los factores que influyen. El linfoma de Hodgkin tiene cuatro o cinco subtipos y el no Hodgkin más de setenta, entonces hoy en día a las organizaciones de linfomas ya no les gusta denominar así porque confunde mucho a la gente, sino que hablan de subtipos directamente.

¿Qué se necesita saber aparte de conocer el subtipo de linfoma que se tiene?

Lo más importante es saber si son de células B o T y conocer el grado histológico que se tiene, si son de alto o bajo grado, porque eso sí va a repercutir directamente en el pronóstico y tratamiento del paciente.

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¿En este también se debe definir si es de carácter benigno o maligno, o no?

No, todos los linfomas son malignos, todos son cánceres y malignos Hay unos que se comportan de una forma más indolente y otros de una forma más agresiva.

¿Esto se evidencia con tumores o como células atípicas?

Son células que pueden presentarse de las dos formas, como células regadas en la sangre a lo que le llamamos una linfoma leucemia, o podemos encontrarlos como masas que usualmente son los ganglios en el cuello o las axilas.

¿Cuál es la esperanza de vida tras un diagnóstico de cáncer de sangre?

Hay que resaltar que a pesar de que todos son malignos, muchos de ellos tienen buenos tratamientos, que prolongan la vida más allá de la media normal y muchos de ellos también se llegan a curar. La palabra maligna no significa que vas a morir sí o sí de esto.

¿Cómo se hace el diagnóstico de cáncer de sangre y qué especialista lo atiende?

Los hematólogos oncólogos son los que tratan los linfomas. Usualmente lo que sucede con las personas es que si sienten algo van a su médico de cabecera que arranca el estudio con una biopsia de esa masa, de ese ganglio que se ve en el cuello, axila o ingle. Finalmente, un patólogo confirma el diagnóstico.

¿Y el cáncer con células atípicas sin estas masas?

Se descubre con unos exámenes de sangre bastante estándares, con eso se sospecha, luego se hacen unas pruebas especiales igualmente de sangre que llamamos densitometría de flujo. Cuando uno se hace un hemograma normal se ven unas alteraciones que llaman la atención y los médicos generales derivan los pacientes a los hematólogos.

¿Qué alteraciones se observan en un hemograma normal para sospechar de un cáncer de sangre?

Un aumento de los linfocitos, de estos glóbulos blancos a expensas de las células de linfoma que son los linfocitos.

¿Cuál es el linfoma más frecuente, el que se evidencia con los ganglios inflamados o el de las células regadas en la sangre?

El de los ganglios es más frecuente.

¿Cómo funciona el tema de los estadios o fases en este cáncer?

El tema de los estadios (etapas) en los linfomas no es igual que en los tumores sólidos porque si usted se pone a pensar la sangre está en todos lados, acá se toma un poco distinto. Contamos las masas ganglionares, en donde se encuentran, para poner un estadio del uno al cuatro. Sin embargo, ese estadio es parte de unos índices que usamos para saber el pronóstico del paciente y no es lo único que hacemos. En este caso, más importa la naturaleza agresiva o indolente del linfoma que el estadio, porque usualmente aparece cuando está avanzado, pero eso no empeora mucho el pronóstico del paciente.

¿Cuál es la mortalidad del cáncer de sangre?

Hay más de 80 tipos de linfomas de este cáncer. Le daré del más frecuente de todos, que es el linfoma B difuso de células grandes, este dependiendo de las escalas pronósticas, solemos curar entre un 60 % y 85 % de los pacientes. El primero cuando se tienen características de mal pronóstico y el segundo cuando hay un buen pronóstico. En los dos casos curamos a más de la mitad de los pacientes, entonces es una enfermedad bastante tratable.

¿De qué depende la curación, es clave también el diagnóstico temprano?

De varias cosas. Obviamente, el linfoma en el tiempo puede ir causando más problemas que van a empeorar el estado general del paciente y eso nos va a impedir dar más tratamiento, ese es el mayor inconveniente, no necesariamente que esté regado en varios sitios. Si tengo un paciente que está infectado y muy mal, no le puedo dar todo lo que quisiera darle en comparación a alguien que viene con una masa que no le duele ni le molesta. Otra cosa son las características moleculares de estos linfomas. Al día de hoy conocemos alteraciones genéticas a nivel molecular que le infieren un peor pronóstico al linfoma y sabemos que si tienen una alteración específica, tenemos que dar un tratamiento específico porque si le damos el de todos probablemente vaya peor. Por eso es muy importante el diagnóstico bien hecho, con todas las pruebas moleculares disponibles. Sí hay algunos linfomas que son muy difíciles de tratar porque tienen características muy agresivas y poco respondedoras a los tratamientos existentes. Pero, en general, todos los linfomas tienen tratamiento y al principio, al menos, a todos se intenta curar.

¿Cuánto duran los tratamientos?

Usualmente entre cuatro y seis meses y con quimioterapia o inmunoterapia (este tipo de cáncer no se opera, ya que está en la sangre que recorre el organismo). Si alcanzan una respuesta completa y el linfoma desaparece, tenemos que esperar cinco años de seguimiento para poder decir que la persona está curada; al cumplirlos, la expectativa y calidad de vida debe ser normal, todo esto solo debería ser un mal recuerdo. A pesar de que algunos sí tienen complicaciones durante el tratamiento que suelen dejar secuelas, no es lo habitual.

¿Cuánto tiempo de vida le puede quedar a una persona cuando se trata de un linfoma agresivo?

Depende de cada caso. Hay linfomas que son muy malos o que los descubrimos de manera tan avanzada que fallecen en cuestión de días o semanas, eso sí podría ser por descuido de la persona, pero hay otros que los curamos. Los linfomas pueden matar muy rápido, tenemos todos los mecanismos para evitar que eso ocurra, sin embargo, es muy importante llegar al diagnóstico pronto.

¿Se pueden prevenir los linfomas?

Al día de hoy no hay ninguna recomendación que pueda hacer alguien para no tener linfoma. No sabríamos decir coma esto o deje de comer aquello para que no le dé. Sabemos que las personas que son más obesas o con peor estado físico y tienen otras enfermedades añadidas les suele ir peor en el tratamiento porque parten de un estado general peor, pero no porque lo provoque. (I)