Lágrimas y desesperación. La madre y abuela de Maikelys Espinoza, una bebé de dos años que le fue arrebatada a sus padres en Estados Unidos, claman el regreso de la pequeña a Venezuela.

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El fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, señala que se trata de un caso donde se han cometido “múltiples delitos”. Los padres de la niña “estuvieron un año detenidos en Texas sin conocer las razones de su arresto”.

“Le dijeron que ella se iba a venir con la niña, incluso ella vio la lista que iba a ser deportada con su hija”, indicó el fiscal.

“Y de pronto la gran sorpresa fie que la amarran de los brazos, la separan de su hija y luego la deportan a Venezuela, el padre de Maikelys trasladado ilegalmente a El Salvador y de la niña no se sabe su paradero”, recalca Saab en compañía de ambas.

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Además, el padre de la bebé, que Estados Unidos vincula a la pandilla Tren de Aragua sin haber presentado pruebas, fue trasladado al igual que otros 252 venezolanos al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) en El Salvador.

Un panel de expertos de Naciones Unidas divulgó el miércoles 30 de abril un comunicado en el que expresaron su alarma por las deportaciones ilegales de Estados Unidos.

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Para las deportaciones de venezolanos al Cecot la administración de Trump ha invocado la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, una ley que Venezuela tacha de “anacrónica” y desfasada.

“Mi nieta no necesita una madre sustituta”

Raida Inciarte, abuela de la pequeña, no puede contener las lágrimas.

“Es un secuestro, a mí me llamaron la mamá sustituta y me dijo que tenía las maletas preparadas de la niña para traerla a Venezuela”, relata entre sollozos.

“Ella no necesita una mamá sustituta, aquí tiene a su mamá y a mí que soy su abuela (...) Y que quiero dar gracias al fiscal por todo lo que está haciendo para que mi nieta regrese con nosotros”, señala.

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Raida hace una petición a la administración de Donald Trump: “Y le pido al gobierno cruel de Estados Unidos que me devuelvan a mi nieta, mi nieta es venezolana”.

Yorelysy, madre de la bebé, apenas puede articular palabras: “Lo único que le pido es que me entreguen a mi hija y que deporten a mi esposo para Venezuela”. (I)