El 1 de febrero de 2017, dos meses después de la firma del acuerdo de paz definitivo, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) llenaron de esperanza al pueblo colombiano con el inicio de la desmovilización, que conllevaría dar fin a un conflicto que ya superaba medio siglo. Pero esa nueva realidad, lejos de afianzarse, actualmente va en retroceso por el crecimiento acelerado de las disidencias y sus recurrentes ataques.