El pasado 13 de mayo, aprovechando la celebración por la Virgen de Fátima, la Santa Sede dio a conocer que se aplicará la indulgencia plenaria por un año santo.

A través de un comunicado, el cardenal Angelo De Donatis recordó que en el 2015 el papa Francisco subrayó que la indulgencia tiene un significado importante ya que “llega al pecador perdonado y lo libera de todo residuo de las consecuencias del pecado”.

Como en el 2015, para el 2025 también declara que el don de la indulgencia “es una manera de descubrir la naturaleza ilimitada de la misericordia de Dios”.

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Para el Jubileo Ordinario de 2025 se desea animar a los fieles a obtenerla por lo cual se establecieron indicaciones para aprovechar las “normas para obtener y hacer fructífera espiritualmente la práctica de la indulgencia jubilar”.

Se especificó que se mantienen vigentes las indulgencias concedidas anteriormente y que se requiere estar verdaderamente arrepentido y libre de todo afecto de por el pecado, así como orar por las intenciones de papa Francisco.

Otra de los requisitos es el de realizar una piadosa peregrinación a cualquier lugar sagrado del Jubileo:

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  • Si es a cualquier lugar sagrado del Jubileo: Participar devotamente en la Santa Misa, se puede elegir entre la Misa del Jubileo, o una de las Misas Votivas: por la Reconciliación, por la Remisión de los Pecados, por la Promoción de Caridad o para Fomentar la Armonía. Una misa ritual para la concesión de los sacramentos de la Iniciación Cristiana o de la Unción de los Enfermos o culaquiera de las siguientes: una celebración de la Palabra de Dios; la Liturgia de las Horas; el Vía Crucis; el Rosario Mariano; la recitación del himno acatista; una celebración penitencial, que finaliza con las confesiones individuales de los penitentes, según lo establecido en el Rito de la Penitencia.
  • Si es en Roma: Visitar una de las cuatro basílicas Papales Mayores: San Pedro en el Vaticano, la Archibasílica del Santo Salvador (San Juan de Letrán), Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros.
  • Si es en Tierra Santa: Visitar al menos una de las tres basílicas: la Basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén, la Basílica de la Natividad en Belén o la Basílica de la Anunciación en Nazaret.
  • Si es en otros ámbitos eclesiásticos: Visitar la Catedral u otra iglesia o lugar sagrado designado por el ordinario del lugar.

Otra de las opciones para recibir la indulgencia es la visita piadosa a lugares sagrados:

  • En Roma: la Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén, la Basílica de San Lorenzo en el Verano, la Basílica de San Sebastián, el Santuario del Amor Divino, la Iglesia del Espíritu Santo en Sassia, la Iglesia de San Pablo en Tre Fontane, la Iglesia Romana Catacumbas; las iglesias de los Caminos Jubilar dedicadas respectivamente al Iter Europaeum y a las Patronas de Europa y Doctoras de la Iglesia (la Basílica de Santa María sopra Minerva y las iglesias de Santa Brígida en Campo de’ Fiori, Santa María della Vittoria, Trinità dei Monti, la Basílica de Santa Cecilia en Trastevere y la Basílica de San Agustín en Campo Marzio).
  • En otras partes del mundo: las dos basílicas Papales Menores de Asís: la de San Francisco y la de Nuestra Señora de los Ángeles; las basílicas Pontificias de Nuestra Señora de Loreto, Nuestra Señora de Pompeya y San Antonio en Padua; cualquier basílica menor, iglesia catedral, iglesia concatedral, santuario mariano, cualquier colegiata o santuario distinguido designado por el obispo diocesano, y santuarios nacionales o internacionales, “lugares sagrados de acogida y espacios privilegiados para el renacimiento de la esperanza”.

Se deberá practicar la adoración y meditación eucarística, así como concluir con un Padre Nuestro, Credo e invocaciones a María, Madre de Dios.

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Cuando un creyente esté realmente arrepentido, pero no pueda participar en las celebraciones por motivos graves también podrán obtenerla si se unen en espíritu a quienes sí las hacen, recitan el Padre Nuestro, la Profesión de Fe, entre otras, en los lugares que se encuentren.

Una tercera opción es la de realizar obras de misericordia y penitencia. (I)