El número de víctimas civiles en Afganistán aumentó de forma “especialmente preocupante” desde el inicio de la retirada de las tropas internacionales el pasado 1 de mayo, a la que los talibanes respondieron con una rápida ofensiva, denunció este lunes la misión de la ONU en el país asiático.

La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (Unama) advirtió que 2021 podría convertirse en el año más sangriento para la población civil desde que comenzó a recabar datos en el país en 2009, mientras la formación insurgente continúa ganando terreno.

Entre los meses de mayo y junio, 783 civiles murieron y 1.609 resultaron heridos, dijo la misión de la ONU. Se trata del mayor número de víctimas en esos dos meses desde que hay datos, un aumento que coincide con el inicio el 1 de mayo de la retirada de las tropas de Estados Unidos y de la OTAN de Afganistán, que Washington espera completar a finales de agosto.

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Los talibanes respondieron a la retirada con una ofensiva militar que les ha permitido capturar cerca de 125 de los 407 distritos afganos, el mayor número en un periodo de tiempo tan breve.

La Unama calificó el aumento de las víctimas civiles de “especialmente preocupante”. En su informe, la misión afirmó que 1.659 civiles murieron a causa de los combates y otros 3.254 resultaron heridos en los primeros seis meses del año, lo que supone un aumento del 47 % respecto al mismo periodo de 2020.

La mayor parte de las víctimas entre mayo y junio son consecuencia de los combates fuera de las ciudades, en zonas relativamente menos habitadas, aunque los talibanes también han lanzado recientemente ataques a capitales de provincia, recoge EFE.

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“Naciones Unidas está gravemente preocupada por una acción militar intensiva en las zonas urbanas altamente pobladas; las consecuencias para los civiles afganos podrían ser catastróficas”, afirmó la misión.

La Unama también mostró su inquietud ante los datos que muestran que casi la mitad de las víctimas civiles son mujeres y niños.

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Según la misión de la ONU, los grupos insurgentes en Afganistán fueron responsables del 64 % de las víctimas civiles, con los talibanes en primer lugar (39 %) seguidos por el grupo yihadista Estado Islámico (9 %).

Las fuerzas progubernamentales fueron responsables del 25 % de las víctimas civiles, mientras que la Unama atribuyó el 11 % restante a fuego cruzado durante enfrentamientos.

Las bajas civiles atribuidas a los grupos insurgentes aumentaron en un 63 % respecto al mismo periodo del año pasado, mientras que aquellas relacionadas con las fuerzas progubernamentales también crecieron en un 30 %.

La misión indicó que la principal causa de muertes civiles continúa siendo el uso de artefactos explosivos improvisados por parte de los insurgentes (38 %), mientras que un 33 % de los muertos y heridos es causado directamente por enfrentamientos.

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En tanto, mientras las fuerzas internacionales continúan el proceso de retirada, las negociaciones de paz intraafganas permanecen estancadas a pesar de que ambas partes han indicado que están dispuestas al diálogo.

Los talibanes rechazaron el contenido del informe: “En los últimos seis meses, los combatientes [insurgentes] no han matado deliberadamente a ningún civil (...) ni llevado a cabo ningún ataque que haya matado a civiles”.

En su comunicado, acusan en cambio a “los bombardeos indiscriminados a gran escala” de las fuerzas afganas de haber “apuntado a civiles” y “matado a miles de ellos”.

El portavoz de las fuerzas afganas de seguridad, Ajmal Omar Shinwari, afirmó este lunes, sin dar más detalles, que 400 personas fueron “sacadas de sus casas” en Spin Boldak y 100 fueron asesinadas desde que los rebeldes tomaron el control a mediados de julio y no hizo referencias al informe de la Unama, refiere AFP.

Por primera vez desde 2009, la ONU no atribuye ninguna víctima civil a las fuerzas internacionales que comenzaron en mayo su retirada definitiva, ya casi completada, y dice que “el conflicto ha adquirido un carácter claramente: ‘Afganos contra afganos’”.

No obstante, Estados Unidos anunció el domingo por la noche que mantendrían sus ataques aéreos contra los talibanes, si persisten en su ofensiva.

“Damos la bienvenida al apoyo aéreo (estadounidense) en operaciones militares... La lucha contra el terrorismo no es solo responsabilidad de los afganos, sino que es una responsabilidad compartida de toda la comunidad internacional”, dijo a la prensa el portavoz de las Fuerzas Armadas afganas, Ajmal Omar Shinwari.

El comandante del Mando Central (Centcom), el general Kenneth McKenzie, dijo en una rueda de prensa en Kabul que Estados Unidos continuará brindando apoyo al Gobierno afgano, lo que incluirá ataques aéreos en defensa de las fuerzas afganas bajo ataque de los talibanes, apoyo logístico, financiamiento e inteligencia.

“Estados Unidos ha aumentado los ataques aéreos en apoyo de las fuerzas afganas durante los últimos días, y estamos preparados para continuar con este nivel de apoyo en las próximas semanas si los talibanes continúan con sus ataques”, dijo McKenzie.

McKenzie visitó Kabul para reunirse con el presidente afgano, Ashraf Ghani, tras un fuerte aumento de los ataques de los talibanes en todo el país en los últimos tres meses, durante los cuales los insurgentes han capturado alrededor de 125 centros de distrito, la mayor ganancia territorial en las últimas dos décadas de lucha. (I)