A los 14 años, David Graham y Diane Zamora estaban repletos de sueños, ideales y esperanzas; eran cadetes de honor en sus respectivos colegios y querían ser piloto y astronauta, respectivamente. Sus caminos coincidieron por primera vez en 1991, durante una reunión de voluntarios de la Patrulla Aérea Civil en el aeropuerto Spinks, en el estado de Texas- Estados Unidos.