A propósito de la incertidumbre generada en el mundo ante el descontrol del cohete chino Long March 5B, se ha conocido de la caída de restos de naves de dicho país. En este caso el relato lo trae el diario ABC de Paraguay. Ocurrió el 10 de marzo del 2018, cuando partes de un cohete chino lanzado en 2017 cayeron en el departamento paraguayo de Canindeyú.

Aún se conservan en oficinas gubernamentales de Asunción los restos de un cohete chino. Se trató de enormes depósitos circulares de combustible con un peso de de 7 kilos cada uno.

De acuerdo al astrónomo Nicolás Masloff, citado en dicho diario, los expertos determinaron que se trataba de un tanque de hidracina, un tipo de combustible utilizado en naves espaciales para hacer correcciones de orientación.

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No causó daños a ningún ser humano porque cayó en una hacienda y los peones encontraron 2 o 3 tanque tras la caída nocturna de los restos en campo abierto, que sin embargo dejó hoyos en el suelo.

Los paraguayos esperan que esa experiencia no se repita.

Con el actual Long March 5B, la única certidumbre es que el objeto se halla en una órbita inclinada de 41 grados respecto al ecuador terrestre, por lo que solo puede caer en la franja comprendida entre las latitudes 41 del hemisferio Norte y Sur, lo que incluye por ejemplo buena parte de América Latina, el sur de Europa y África.

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Carrera espacial china

El país asiático puso en órbita el 29 de abril el primer módulo de su estación espacial, gracias al cohete portador Long March 5B, el más potente e imponente lanzador chino.

Este cohete, actualmente en órbita, debe regresar a la Tierra, pero está descontrolado y perdiendo gradualmente altitud. Aún, el punto de impacto de su caída sigue siendo difícil de prever por el momento, aunque los expertos creen saber dónde será.

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Tras un largo silencio de las autoridades espaciales y diplomáticas chinas, Pekín reaccionó finalmente el viernes.

“La mayoría de los componentes (del cohete) se quemarán y destruirán al entrar en la atmósfera”, aseguró el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin.

Aunque partes del cohete queden intactas tras su entrada en la atmósfera, hay grandes posibilidades de que se destruyan en el mar porque el 70% del planeta es agua. Pero podrían también estrellarse en una zona habitada o en una embarcación.

“Esperamos que aterricen en un lugar donde no hagan daño a nadie”, declaró el viernes Mike Howard, portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, subrayando que su país seguía de cerca la trayectoria del cohete.

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El secretario de Defensa, Lloyd Austin, aseguró el pasado jueves que su país no tiene ninguna intención de destruir la nave china. Pero insinuó que China no planificó con suficiente cuidado su lanzamiento.

Al momento se puede seguir la trayectoria desde spacetrack.org (I)