Los 27 países que conforman la Unión Europea han aprobado este jueves una propuesta de reforma de un reglamento relacionado a los viajes aéreos. La propuesta que permitirá a las aerolíneas, incluídas las de bajo costo, puedan cobrarle a los padajeros por el equipaje de mano en cabina.

La medida, impulsada por la presidencia polaca del Consejo de la UE, recibió críticas por parte de España, Alemania, Portugal y Eslovenia, quienes votaron en contra, mientras que Austria y Estonia, se abstuvieron.

Con esta reforma, el equipaje gratuito se limita únicamente a aquel que se pueda colocar debajo del asiento delantero, por ejemplo, una mochila, bolso, cartera o cualquier otro equipaje que ingrese en ese espacio. Las maletas pequeñas o carry-on que se colan en el compartimento superior, no estarán incluidas en el precio del boleto.

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El Ministerio de Consumo de España ya había sancionado a cinco aerolíneas de bajo coste por prácticas consideradas abusivas en este ámbito, es decir, que cobraban por el ingreso de carry-on en la cabina.

Las multas impuestas ascendieron a un total de 179 millones de euros y afectaron a Ryanair (107.775.777 euros), Vueling (39.264.412 euros), EasyJet (29.094.441 euros), Norwegian (1.610.001 euros) y Volotea (1.189.000 euros).

La reforma también incluye otras medidas que alteran los viajes en avión en la Unión Europea. Las aerolíneas solo estarán obligadas a ofrecer un asiento contiguo gratuito a personas dependientes en el momento de la facturación y únicamente si existe disponibilidad, lo que implica que para garantizar viajar junto a un acompañante, el pasajero deberá pagar una tasa adicional.

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Además, se legaliza el cobro por modificar datos personales en el bolet de avión dentro de las 48 horas previas al vuelo, algo que en ciertos países de Europa sí es permitido. Asimismo, se valida la práctica del no show, que permite a las compañías cancelar el vuelo de vuelta si el pasajero no ha utilizado el de ida.

Las nuevas disposiciones obligarán a las aerolíneas a gestionar el traslado de los pasajeros afectados lo antes posible, incluso si eso implica utilizar otras compañías o medios de transporte alternativos. En caso de que no se proponga una opción de cambio de ruta en un plazo de tres horas, los pasajeros tendrán derecho a organizar su propio viaje y solicitar un reembolso de hasta el 400% del valor inicial del billete.

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En cuanto a los retrasos, si un vuelo de corto alcance o dentro de la Unión Europea (menos de 3.500 kilómetros) se demora más de cuatro horas, el pasajero podrá reclamar una compensación de 300 euros. Para trayectos de larga distancia (más de 3.500 kilómetros), la compensación ascenderá a 500 euros si el retraso supera las seis horas.

Además, se endurecen las condiciones para que las aerolíneas aleguen “circunstancias extraordinarias”. Ahora deberán demostrar que adoptaron todas las medidas razonables para evitar la interrupción del servicio. También estarán obligadas a cubrir los gastos de comida, bebida y alojamiento durante los retrasos. Si no lo hacen, los pasajeros podrán asumir esos costes por su cuenta y exigir posteriormente el reembolso.

La medida aún no entra en vigor, debe pasar ahora por el Parlamento Europero. El Gobierno español, uno de los que se ha opuesto a la reforma, confía en que el parlamento vote en contra de cobrar el equipaje de mano. El ministro de Consumo de España, Pablo Bustinduy, considera que esta propuesta va “en contra” de los derechos de los consumidores. “No está todo perdido. España y Alemania se han mantenido fuertes en la defensa del no. Este nuevo reglamento pasa ahora al Parlamento Europeo y seguiremos peleando en este nuevo escenario por los derechos de las personas consumidoras en toda Europa”, ha afirmado el ministro en la red social X. (I)