Miles de personas acudieron el miércoles 23 de abril a la Basílica de San Pedro para rendir homenaje al papa Francisco, fallecido el pasado lunes a los 88 años. Con la apertura de la capilla ardiente, la jornada estuvo marcada por una procesión constante de fieles, obispos, cardenales y miembros del personal del Vaticano que se acercaron para dar su último adiós.
Durante el homenaje, una escena llamó particularmente la atención de los presentes. Mientras los religiosos avanzaban ordenadamente frente al féretro del Pontífice, una mujer rompió el protocolo establecido. Se trataba de la hermana Geneviève Jeanningros, de 81 años, miembro de las Hermanitas de Jesús, quien se detuvo a un costado del cordón de seguridad, se arrodilló y permaneció en oración silenciosa durante varios minutos.
🇻🇦 | FRANCISCO (1936-2025): La monja Genevieve Jeanningros, amiga del Papa, protagoniza un emotivo momento al saltarse el protocolo y colocarse en uno de los lados del féretro. Ella se acercó a despedirse de su amigo, rezando y llorando en silencio.
— Alerta News 24 (@AlertaNews24) April 23, 2025
pic.twitter.com/qsMKadEeaQ
Con una mochila verde a la espalda, Jeanningros rezó y lloró sin ser interrumpida, ante la mirada sorprendida de quienes se encontraban en el lugar. Aunque el acceso cercano al ataúd estaba reservado para altos cargos eclesiásticos, su presencia no fue cuestionada y se le permitió permanecer junto al cuerpo del papa durante cerca de siete minutos.
Publicidad
Jeanningros mantenía una relación cercana con Francisco. Fue invitada a una misa privada en Santa Marta poco después del inicio de su pontificado, y desde entonces participó regularmente en las audiencias generales del Vaticano, a menudo acompañada de grupos en situación de exclusión social: mujeres trans, personas homosexuales, migrantes, entre otros.
La religiosa ha vivido durante años en una caravana en Ostia, en las afueras de Roma, desde donde ha desarrollado un trabajo de acompañamiento con comunidades marginadas. Su labor fue reconocida personalmente por el papa, quien visitó su comunidad y bendijo una imagen de la Virgen en uno de sus encuentros.
Además de su trayectoria social, Jeanningros comparte una historia familiar marcada por la violencia política en Argentina. Es sobrina de Léonie Duquet, una de las monjas francesas desaparecidas durante la última dictadura militar argentina. Francisco respaldó la apertura de archivos del Vaticano relacionados con ese periodo, un gesto que ella consideró un acto de reparación.
Publicidad
Durante su vida, la hermana Geneviève ha sostenido que nadie debe ser excluido ni privado de su dignidad, una convicción que compartió con el papa Francisco. (I)