Fusa Tatsumi tenía 116 años cuando murió este martes en Osaka, su ciudad natal. Se había convertido en la persona más longeva de Japón tras la muerte el año pasado de Kane Tanaka a los 119 años.

La mujer, que nació en 1907, presenció dos guerras mundiales, la llegada del hombre a la Luna, y la era digital. Vivía en una casa de asistencia desde el 2013, y sus cuidadores aseguran que hasta este lunes era capaz de comer su postre favorito, la jalea de frijoles dulces.

Sin embargo, presentaba problemas para respirar desde inicios de diciembre de este año.

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La jardinería era una de las pasiones de Fusa Tatsumi.

Kanji, el hijo mayor de Tatsumi, confirmó su muerte: “Creo que hizo muy bien en llegar a esta edad”, dijo el hombre de 76 años.

El gobernador de Osaka, Hirofumi Yoshimura, ofreció sus condolencias y recordó una fiesta a la que asistió para celebrar la longevidad de Tatsumi en septiembre.

“Recuerdo que la señora Fusa Tatsumi estaba bien”, afirmó Yoshimura, en la red social X (antes Twitter).

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La vida de Fusa Tatsumi

La mujer japonesa nació el 25 de abril de 1907. Fue la quinta de seis hermanas.

Tatsumi fotografiada a sus 20 años.

Tatsumi se casó con su espso Ryutaro cuando ella tenía 32 años, y dio a luz a su primera hija en 1941. Ryutaro murió a los 55 años, y fue Tatsumi la que se encargó de mantener la granja familiar.

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Le apasionaba cultivar flores de crisantemo y hacer arreglos florales como pasatiempo, pero cuando tenía 70 años cayó en el jardín y se rompió el fémur. Esa ha sido la lesión más grave que habría sufrido Tatsumi.

Hasta que tuvo 110 años fue capaz de maquillarse por sí sola, y mantenía conversaciones fluidas con sus cuidadores. Durante sus últimos años permaneció en cama, y con más dificultades para hablar.

Actualmente, el título de la persona má longeva lo tiene la estadounidense María Branyas, que cumplirá 117 años el 4 de marzo de 2024. (I)


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