El último domingo, una parte de las aguas del Gran Canal de Venecia, en Italia, se tiñeron de verde fosforescente lo que atrajo la atención de los turistas y el desconcierto de las autoridades.

El cambio en el color del agua fue reportado por los residentes, informó en Twitter el presidente de la región del Véneto, Luca Zaia.

Los gondoleros continuaron con sus labores pese a la coloración del agua.

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“El prefecto convocó una reunión urgente con la policía para investigar el origen”, agregó Zaia.

En 1968, el artista argentino Nicolás García Uriburu entintó las aguas de esta vía durante la 34ª Bienal de Venecia para crear conciencia sobre la ecología.

Las autoridades tomaron muestras del agua para determinar la sustancia que se vertió y si esta fue motivada por una protesta de activistas medioambientales.

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El diario local La Nuova Venezia entrevistó a Maurizio Vesco, de la Agencia Regional para la Protección del Medio Ambiente, quien indicó que hay varias teorías sobre lo que sucedió en el canal. Una de estas es que ser regó fluoresceína que es un tinte inofensivo para el medioambiente que sirve para rastrear algún flujo de agua. Principalmente es usada por fontaneros.

Ya este lunes se confirmó la presencia de la sustancia a través de análisis ecotoxicológicos, así como se descartó que sea un peligro para el agua.

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Se busca al responsable del incidente, aunque aún no se ha descartado que se pudo dar por un error al no ver una coloración inmediata y verter una mayor cantidad de la necesaria. Además se trabaja en un plan para prevenir un nuevos episodios de este tipo. (I)