Unos días de pereza en la playa, con una copa en la mano. Hacer caminatas con amigos, con vistas espectaculares en la cima de una montaña. Explorar una ciudad nueva, probando la comida más increíble que hayas visto. Y, ¿lo mejor de todo? Que no hayas tenido que poner de tu propio dinero para disfrutar de estas experiencias.