La primera pregunta que le hizo aquella mañana el presidente John F. Kennedy a Sidney Graybeal dejaba clara cuál era su principal preocupación: “¿Eso está listo para ser disparado?”.
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En el verano de 1962, la inteligencia estadounidense comenzó a recibir información sobre el ingreso sin precedentes de armas soviéticas a Cuba.
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La primera pregunta que le hizo aquella mañana el presidente John F. Kennedy a Sidney Graybeal dejaba clara cuál era su principal preocupación: “¿Eso está listo para ser disparado?”.
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