Este 1 de julio, el Departamento de Estado, a través del secretario Marco Rubio, anunció una nueva era para la cooperación internacional que realizará Estados Unidos.

Desde el inicio de su gestión, el presidente Donald Trump ha reorganizado los programas del país norteamericano. Esto implicó la limitación en la proporción de recursos a agencias internacionales.

En un escrito, Rubio señaló que tras una revisión se evidenció que la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) no cumplía con el objetivo de impulsar los intereses de Estados Unidos.

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“La USAID tuvo décadas y un presupuesto de contribuyentes casi infinito para promover la influencia estadounidense, promover el desarrollo económico en todo el mundo y permitir que miles de millones de personas se mantuvieran por sí mismas”, precisó.

Además indicó que los países que más se benefician no suelen corresponder con ellos. Citó como ejemplo que en 2023, las naciones de África subsahariana votaron con Estados Unidos solo el 29% de veces en resoluciones esenciales de la ONU.

“Esta era de ineficiencia, sancionada por el gobierno, ha llegado oficialmente a su fin. Bajo la administración Trump, finalmente tendremos una misión de financiación extranjera en Estados Unidos que prioriza nuestros intereses nacionales”, dijo.

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Desde este 1 de julio indicó que la USAID ya no implementará política exterior y los programas de asistencia serán aquellos que se alineen con las políticas de la administración que serán manejados por el Departamento de Estado.

“No nos disculparemos por reconocer que el compromiso de larga data de Estados Unidos con la ayuda humanitaria para salvar vidas y la promoción del desarrollo económico en el exterior deben estar en consonancia con una política exterior de Estados Unidos Primero”, señaló.

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También indicó que los beneficiarios de la ayuda internacional deben saber que lo que reciben es una inversión de pueblo estadounidense. Además que líderes de países en desarrollo desarrollaron una adicción a esta.

“Tras interactuar con países de América Latina y África, hemos escuchado constantemente que los países en desarrollo desean inversiones que les permitan crecer de forma sostenible, no décadas de apoyo condescendiente gestionado por la ONU o USAID”, añadió.

Precisó también la ayuda será “específica y limitada en el tiempo. Favoreceremos a las naciones que han demostrado la capacidad y la voluntad de ayudarse a sí mismas y destinaremos nuestros recursos a áreas donde puedan tener un efecto multiplicador y catalizar la inversión sostenible del sector privado, incluyendo a empresas estadounidenses, y la inversión global”. (I)