“Siempre se piensa que las cosas malas le van a pasar a la gente mala y de repente te encuentras con esto, con esta situación y a los 18 años. A esa edad uno piensa en comerse el mundo. En septiembre de 2018, en vez de entrar a clases, yo iba a quirófano y en pocos días ya estaba consciente de que las manos y los pies no iban a crecer”. Quien habla es Sarah Almagro, actual campeona de España, de Europa y del mundo de surf (parasurfing).

“Gracias al apoyo de mi familia, de mis amigos, he podido superar y aceptar esta situación”. Estando en UCI, cuando aún no sabía en qué iba a derivar su cuadro, sus padre le dijeron que “necesitaban una sonrisa para venir a visitarme. No la sonrisa literal de la cara, sino el ver las cosas positivas de la vida”.

“Es complicado ver las cosas positivas de una amputación, porque es verdad que yo estoy agradecida de estar viva, no de esta situación”, expresó en entrevista con Espejo Público.

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Por qué amputaron manos y pies a Sarah

“En el hospital me dijeron que tenía meningitis meningocócica, pero no sabía que eso iba a derivar en las amputaciones de manos y pies”, dijo al espacio televisivo de España.

Sarah contó que practicaba surf desde los cinco años. Tras la operación estuvo año y medio en una silla de ruedas. Es indescriptible el momento en el que pudo ponerse de pie: “Caminar 8 veces la paralela (barras paralelas) fue ufff”.

Detrás de cómo se ve hoy y de su campeonato “hay mucho trabajo, esfuerzo y mucho ejercicio”. En ocasiones se tildaba de inútil hasta que su madre la hizo reflexionar.

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-¿Sarah, era Stephen Hawking un inútil?, la interrogaba.

-No, no lo era. Y uno ahí cae en cuenta, dice la joven.

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Lo entendí así: “Al final, todos tenemos un cuerpo distinto. Hay altos, bajitos, con sobrepeso, bajos de peso y yo… no tengo manos ni pies. Lo importante es tener cabeza y corazón.

En Espejo Público divulgaron que a sus 24 años, siendo campeona de España, de Europa y del mundo, ha soñado con unos Juegos Paralímpicos.

Qué es la meningitis meningocócica

“Mi situación se ha podido evitar. La vacuna contra la meningitis no estaba incluida en el calendario vacunal en 2018″, expuso esta joven que estudia derecho, se dedica al surf y da conferencias y charlas motivacionales.

Los médicos llaman meningitis meningocócica a la meningitis causada por las bacterias Neisseria meningitidis. Cuando alguien tiene meningitis meningocócica, las bacterias infectan el tejido que cubre el cerebro y la médula espinal, y causan inflamación, explican en el site de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).

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Cuando alguien tiene septicemia meningocócica, añaden, “las bacterias entran en el torrente sanguíneo, se multiplican y dañan las paredes de los vasos sanguíneos. Esto causa hemorragias en la piel y los órganos”.

Sarah contó en Espejo Público que sufrió un shock multiorgánico.

“Tuve la parada de todos los órganos. Los únicos que no llegaron a funcionar fueron los riñones, por eso estuve año y medio sometida a diálisis. Un proceso muy fuerte por todas las restricciones que supone”, narró.

“Gracias a mi padre, a través del trasplante, mi salud comenzó a mejor. Al día de hoy llevo cuatro años trasplantada de riñón, gracias a él”, reitera.

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Inclusión sí, pero verdadera, espera Sarah

“Intentar ver las cosas positivas de la vida ha hecho que yo, al día de hoy, con todas las dificultades que se han planteado y se me siguen planteando, yo las he podido afrontar”, dijo.

Contó que cada prótesis de las manos pesan un kilo y medio y la de los pies, 2 kilos y medio. “Son 8 kilos en total que yo llevo a diario. Es bastante”.

Además están “las barreras arquitectónicas y la misma sociedad por mucho que vaya de progre en ocasiones no son de verdad progre (…) A veces me digo: está bien la inclusión, pero no es verdadera”.

“Mis prótesis son muy caras y las tengo gracias a la solidaridad de la buena gente. Se pudieron vender un montón de pulseras y se pudieron conseguir las prótesis que no estaban en el catálogo nacional. Las que había eran muy arcaicas”, señala.

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“Cada mano cuesta 85.000 euros y cada pie unos 11.500 euros. Es una barbaridad (…) Mi papá luchó hasta lograr que el catálogo ortoprotésico se renovara en España y se ha conseguido”.

- Sarah, no escondes las prótesis, en el surf no se puede, le comentan.

- No escondo mis prótesis, tampoco los muñones. Esto es lo que soy.

(I)

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