La selva del Darién, entre Panamá y Colombia, es una de las rutas más peligrosas del mundo para personas refugiadas y migrantes. Quienes la atraviesan se enfrentan no solo a un camino muy difícil con acantilados traicioneros y ríos crecidos; también a la violencia extrema de grupos que les atacan, les roban todas sus pertenencias y les agreden sexualmente. A diferencia de 2021, cuando la mayoría de migrantes que cruzaron el tapón del Darién fueron haitianos, este año el país que predomina en las listas de migración es Venezuela.